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Formas básicas de gestión de impresiones

Las formas básicas de gestión de impresiones incluyen la autoexpresión y la autoacción.

La gestión de impresiones, a veces denominada preparación de impresiones, es el proceso mediante el cual las personas intentan gestionar y controlar las impresiones que otros tienen sobre ellas. La gestión adecuada de las impresiones es el lubricante de la comunicación interpersonal, lo que permite que la comunicación continúe sin problemas. Es un símbolo de la civilización humana y una medida de realización personal.

El intento de hacer que los demás se vean a uno mismo positivamente se llama manejo de impresiones adquiridas; mientras que las medidas defensivas de minimizar los propios defectos o evitar que los demás se vean a uno mismo negativamente son manejo de impresiones protectoras.

La gestión de impresiones, a veces denominada preparación de impresiones, es el proceso mediante el cual las personas intentan gestionar y controlar las impresiones que otros tienen sobre ellas. El interaccionismo simbólico enfatiza que las personas que participan en interacciones sociales deben asumir el papel de los demás para comprender cómo se ven a sí mismos, lo que les permite controlar eficazmente su comportamiento social para satisfacer a los demás.

La “teoría del drama” propuesta por Goffman (1959) en su libro “Self-Presentation in Everyday Life” también se denomina gestión de impresiones. Creía que la interacción social es como un escenario dramático, en el que todos desempeñan un papel determinado. En la interacción social, todos se esfuerzan por mantener una imagen que sea coherente con la situación social actual para garantizar que los demás hagan una evaluación agradable de él o ella.

La teoría de la identidad situacional de Alexander y otros en la década de 1970 también creía que la gestión de impresiones es un aspecto de la interacción social. Cada situación social o entorno interpersonal tiene un patrón de comportamiento social particularmente adecuado, que expresa una identidad que es particularmente adecuada para esa situación. Las personas se esfuerzan por crear una identidad situacional que sea más adecuada para ellos en sus interacciones.