Sitio web de resúmenes de películas - Descarga de música - Soy adicto a la segunda dimensión. ¿Qué debo hacer si mi hijo enfermo es adicto a la segunda dimensión?

Soy adicto a la segunda dimensión. ¿Qué debo hacer si mi hijo enfermo es adicto a la segunda dimensión?

1. Lo que quieras. No estés en el lado opuesto de tus hijos, intenta comprender su mundo. Los padres deberían cambiar su actitud hacia la educación de sus hijos y comunicarse más con ellos. Puedes empezar intentando ver dibujos animados para entender qué les gusta a tus hijos, para que puedas tener los mismos temas que tus hijos. Cuando el niño esté desanimado, usted puede animarlo: "La tolerancia de Naruto es no rendirse nunca. ¿Dónde está Sakura Kimoto?". Cuando el niño tenga miedo de comunicarse con extraños, anímelo: "Naruto ha establecido muchos vínculos con sus amigos, así que Sakura Kimoto, ¿tú también quieres trabajar en eso? "También puedes inscribir a tu hijo en una clase de pintura y crear oportunidades para que se comunique con el mundo exterior confirmando sus intereses y pasatiempos.

2. Primero, ayude a los niños a establecer un círculo de amigos. Comience por ayudar a su hijo a encontrar amigos con "ideas afines", incluso si solo se trata de charlar con él sobre tramas de anime. En el proceso de charlar con amigos, los niños sentirán naturalmente la comunicación emocional en la vida real. En este momento, los padres pueden invitar a los amigos de sus hijos a jugar en casa y animarlos a interactuar con los demás.

3. Amplia tus horizontes. Una vez que su hijo esté más dispuesto a comunicarse con amigos y familiares, usted y su papá pueden intentar sacarlo a jugar nuevamente. Empiece por acompañar a su hijo a exposiciones, museos, cine o viajes si tiene la oportunidad. Deje que sus hijos estén expuestos a más mundo en lugar de esconderse en su pequeña habitación.

4. Ajusta tus intereses. Una vez que los niños estén expuestos a suficiente información del mundo real, naturalmente tendrán algunos puntos de interés. Luego anime a los niños a hacer más cosas, como escuchar música, correr y practicar caligrafía. Mientras los niños estén dispuestos a distraerse, naturalmente no vivirán sólo en el mundo del cómic.