Un cuento de terror, entre 400 y 500 palabras. No se requiere título de cortometraje ni de libro.
Papá vive en el primer piso de una comunidad. Según los ancianos, esta comunidad solía ser un cementerio. Cuando se construyó la comunidad, muchas tumbas fueron trasladadas, pero todavía quedan innumerables tumbas sin reclamar. A los desarrolladores no les importa, las excavadoras empujan y los edificios altos se levantan del suelo.
Como vive en un cementerio, algunas cosas terribles son inevitables, por lo que papá siempre está preocupado de que algo llegue a su puerta.
Un día, hubo una tormenta por la noche, un relámpago brilló y de repente apareció un rostro humano fuera de la ventana. Papá se sobresaltó. Despertó a su novio y le dijo: Acabo de ver. Hay una cara fuera de la ventana.
Mi novio dijo que no, entonces saldré a echar un vistazo.
Su novio salió, pero no volvió en mucho tiempo. Papá se armó de valor, se levantó de la cama y abrió la puerta...
Afuera la puerta estaba un poco. Una niña de tres o cuatro años, tan alta como la ventana, cuando vio a papá acercándose, sacudió la cabeza y murmuró, sin saber de qué estaba hablando.
Papá buscó afuera durante mucho tiempo, pero no pudo encontrar a su novio. De repente pensó que la niña era un poco anormal, así que se dio la vuelta y encontró a una niña.
Se arrodilló y le preguntó a la niña: ¿Qué acabas de decir?
La niña miró a papá, sus ojos brillaban y papá se estremeció.
La niña volvió a agitar la mano hacia ella y murmuró: Estoy llena, no comeré, estoy llena, no comeré...
Se produjo un relámpago y la niña. El rostro de la niña era de color verde pálido y sus dos colmillos eran extremadamente blancos.
El cuero cabelludo de papá explotó y rápidamente volvió corriendo a casa, cerró la puerta de golpe y la sujetó firmemente con su cuerpo.
Al rato, la pequeña llamó a la puerta y dijo: Mamá, vámonos a casa.
Papá se dio vuelta y vio a una mujer vestida de blanco con cabello negro cubriendo su rostro colgando en el aire.