Introducción a "Salvar al Conejito"

Hace mucho tiempo, había una isla con un nido de pájaro y un conejito. Excepto un día cada Semana Santa en el que se reparten caramelos, el resto del tiempo pueden comer, beber, jugar y dormir. Una vida tan relajada se transmitirá naturalmente de generación en generación, por lo que los conejitos y sus descendientes continúan las tradiciones de sus antepasados. Año tras año, finalmente le llega el turno a E.B, el Conejito de Pascua (con la voz de Russell Brand), para hacerse cargo. En palabras de su dedicado padre (con la voz de Hugh Laurie): Conviértete en una buena persona en todo el mundo con dulces, pero no podrás heredar el negocio familiar y convertirte en una generación N rica y fácil. ¿Qué más quieres? ¿Pequeño mocoso con quien estar insatisfecho? De hecho, el aparentemente obediente E.B. es extremadamente reacio a tomar el mando, no porque provenga de una familia prominente y sea un vago, sino porque desde que era un niño, este pequeño siempre ha querido hacer una cosa: ¡unirse a una banda de rock!

Antes de poder heredar el negocio de su padre, E.B. se escapó de la noche a la mañana y se coló en Hollywood, la capital del entretenimiento de Estados Unidos. Sin embargo, este joven rico sin experiencia laboral, sin forma de ganarse la vida y con la apariencia de un inofensivo conejo como mascota pronto se encontró perdido en Hollywood, una ciudad llena de extraños. Una noche, mientras E.B estaba arrastrando su equipaje por la calle murmurando para sí mismo, Fred (interpretado por James Marsden), que conducía un coche y tarareaba una canción, "irrumpió" en su vida: un freno repentino, E.B. había tenido un accidente automovilístico. E.B. se desmayó, pensando que había tenido un accidente automovilístico, y Fred estaba muerto de miedo. Más tarde, cómo el conejo engañó la conciencia de Fred, un joven desempleado que no tenía nada que ver consigo mismo, y luego se dio a la tarea de cuidar su alimentación y su vida diaria. Eso no es el punto a tomar; Cuida mucho a este conejo que se mete en problemas todos los días, me temo que por muy fuertes que sean los nervios y el corazón, no serán suficientes.