Un ensayo de 700 palabras sobre mi madre

Mi madre es una mujer rural corriente. En mi opinión, ella es una persona común o incluso mediocre, pero en mi opinión, ella es la columna vertebral a la que admiro y en la que confío con tranquilidad, y también es la persona que siempre he respetado y amado.

Desde pequeña supe que mi madre es diferente al resto de familias. Es más rápida y extrovertida que los demás, y tiene su propia sabiduría sobre la vida y su propia manera de hacer amigos. Aunque algunas opiniones todavía no son de mi agrado, me han ayudado a moverme con mayor fluidez en muchos lugares.

Cuando era niño, naturalmente no entendía el estilo de comportamiento de mi madre. A medida que crecí, comencé a comprender que tal vez no fuera tan buena como mi madre. Si no hubiera nacido en esa familia y no hubiera leído ningún libro, podría haber hecho una carrera basada en su propia perseverancia. Recuerdo que hubo una época en la que mi familia todavía criaba cerdos. Aunque hay pocos cerdos, no puedo descuidarlos. Mi madre siempre le había pedido al veterinario que le pusiera inyecciones a los cerdos enfermos, pero eso era porque la situación en casa no era buena. Comenzó a comprar libros y a estudiar por su cuenta. De hecho, solo hay dos libros, pero los lee atentamente todas las noches, toma notas y me pregunta específicamente qué palabras no sabe y qué significan. No mucho después, vi a mi madre entrando al chiquero durante las vacaciones. Aunque por alguna razón ya no crío cerdos en casa, todavía recuerdo la diligencia y el arduo trabajo de mi madre en ese momento. También recuerdo la escena en la que mi madre, que a menudo se reía y decía que era analfabeta, casi arruga dos libros, que. Me hizo empezar a advertirme. ¿Estás demasiado relajado al estudiar? Ahora que tengo unas condiciones de estudio tan excelentes, ciertamente no puedo estar a la altura de las expectativas de mi madre.

No sólo aprendí de mi madre, aunque por fuera tenía el apodo de “loca”, casi nunca ofendió a nadie e hizo muchos amigos. Incluso si supiera que mi madre comería y bebería gratis en ciertas ocasiones, aun así la invitaría. A veces me pregunto. ¿Por qué? Mamá dijo, si alguien te pide ayuda, si puedes, no te la niegues. Siempre no hay nada de malo en trabajar más rápido y hacer más. La psicología de los demás tiene peso y puede medir quién debe pagar y quién no. No hay nada malo en tener tacto, siempre y cuando seas sincero con tus amigos.

Mi madre es así, ordinaria y persistente, guiándome a sufrir menos contratiempos en el largo camino y vivir una vida mejor.

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