Guerra Hombre-Hormiga

Al mediodía, después del almuerzo, me disponía a lavarme las manos. De repente encontré un agujero discreto en la pared de mi casa. Vi a todas las hormigas "caminando" en la esquina, con la cabeza en alto y luciendo feroces, como si este fuera su territorio.

Llamé rápidamente a mi papá, quien abrió el agujero con un cuchillo. ¡Guau! Hay muchas hormigas adentro. Algunos de ellos continuaron perforando mientras otros movieron arena y piedras. Estaba tan ansiosa que pensé: ¡No hagan un agujero grande en mi casa! No, tengo que destruirlos. Entonces, inmediatamente encontré un "arma", un encendedor, y lo encendí en la entrada de la cueva. Cuando salieron las hormigas, quemé una. Las asustó tanto que no se atrevieron a salir.

En ese momento, el padre arrojó agua hirviendo a la entrada de la cueva, y el ejército de hormigas entró en pánico y huyó en todas direcciones. En ese momento, vi con mis propios ojos qué eran las hormigas en la olla caliente. Al ver esta escena, pensé que casi había terminado. Inesperadamente, después de un tiempo, las hormigas que estaban dentro parecieron sentir que no había movimiento afuera, por lo que silenciosamente salieron y sujetaron a sus compañeros muertos con sus grandes alicates. Oye, ¿qué quiere la hormiguita? ¿Quieres enterrarlos o tratarlos como comida? Pase lo que pase, no me rendiré hasta deshacerme de estas pequeñas cosas hoy.

Así que saqué la última "arma asesina", el pesticida, y lo rocié sobre los hormigueros. Vi las hormigas fuera de la cueva "cayendo heroicamente". Yo estaba secretamente feliz, pensando que todo había terminado, pero la astuta hormiga volvió a salir de otro agujero. Rápidamente bloqueé su retirada y adopté la estrategia de ser atacado por ambos lados. Todas las hormigas eventualmente "mueren en sus escondites". ¡Jaja, se acabó la "guerra entre humanos y hormigas"!