Gracias por tenerte en esta vida (prosa)
Por la noche, el atardecer aplastado brilla sobre el mundo, el tranquilo campo está rodeado de humo y, de vez en cuando, algunos perros ladran, lo que hace que todo el pueblo sea un poco más cómodo.
Antes de que se apagaran las luces de neón, miré hacia las estrellas, buscando la estrella que nos pertenece a ti y a mí. La noche se aleja cada vez más y, al otro lado de la montaña, el Conejo de Jade se eleva por el este. Varios niños corrían gritando sus apodos y jugando vigorosamente hasta que todo en el mundo se durmió.
Me paré frente a la ventana, abrí las cortinas cerradas y miré la acuosa luz de la luna. La hermosa sombra bajo el árbol en la cima de la montaña me llamaba. A lo lejos estás como yo, deambulando y mirando bajo la luna, esperando que llegue temprano el amanecer.
Durante los días que caminábamos juntos, usaba mi memoria para conectar las imágenes, pegarlas en una pintura y almacenarla en lo más profundo de mi mente. Cuando todos seamos viejos y nos sentemos en sillas y nos sacudamos juntos, veremos cuánto tiempo fluye el agua.
Debajo del perfumado árbol de osmanthus, en el cine, no tengo tiempo de buscarlo. Dejemos que los sueños deambulen por cada rincón por el que pasemos, buscando las huellas que hemos caminado.
En ese otoño lleno de tentaciones, junto a la estación, todo va cambiando Las casas se tiñen de oro, las hojas se tiñen de rojo en otoño, y nuestro amor se suma al color del hogar. Tú y yo tenemos el destino de permanecer juntos para siempre.
Fueron necesarias mil miradas a la vida pasada para conseguir un pase en esta vida. En el vasto mar de personas, tú y yo nos encontramos en la ciudad en otoño, y nuestros corazones chocaron, no sé cuántas veces tuve que mirar hacia atrás en mi vida anterior para ganarme el amor de Dios. Encontrémonos como extraños y avancemos hacia el paraíso del amor y de la unión del alma y el cuerpo. El viento otoñal sopla en mi rostro, al igual que el aliento exhalado por tu boca. Tus ojos me hacen temblar y la sangre hirviendo corre por mi cuerpo.
En esta vida, la prosperidad se ha ido. Camino por la autopista de tus venas. Cada primavera, verano, otoño e invierno nos dejará a ti y a mí con prisas.
Gracias por esta vida. Eres como el sol de la mañana, dándome calor. Dejarnos la soledad a nosotros mismos hasta que empecemos a envejecer y nuestro cabello se vuelva gris. Pero aun así me dijiste: "Aún te amaré en la próxima vida".
Wu Changhu, originario de Hezhang, Guizhou, es miembro de la Asociación Provincial de Escritores de Guizhou. Sus obras se encuentran dispersas en periódicos y publicaciones periódicas como "Selected Prose", "Guizhou Daily", "Selected Poetry" y "Guizhou Writer".