Escribe un ensayo titulado "Esos——días"
Me paré a la sombra del árbol, y algunos rayos de luz solar traviesa brillaban directamente desde las hojas, haciéndolo deslumbrante. Miré fijamente al cielo azul que parecía enfermizo; a las grandes y opacas nubes blancas que caminaban torpemente en el cielo; a la familiar azotea del alto edificio; mi memoria parecía estar en ese momento en que el viento soplaba de regreso; el pasado, el regreso a los días que pasamos juntos...
——Inscripción
En el camino, Las huellas del pasado quedan; entre las flores y la hierba, quedan las risas del pasado; bajo el cielo azul, quedan los gritos del pasado. Todos estos registran invariablemente los días que hemos pasado juntos.
El cielo azul, recuerdo que mirábamos juntos hacia arriba. Suba al ascensor con cuidado; presione el botón en el piso superior con suavidad pero con firmeza; abra suavemente la pesada puerta de escape de seguridad; suba suavemente a las escaleras del pasaje de escape, buscando un camino hacia adelante en medio de los gritos y la oscuridad. Todo es gentil, como si reprimiera la infelicidad en mi corazón. Al abrir de nuevo la puerta de escape de seguridad pintada de rojo, de repente vi el cielo azul sin límites: el tejado estaba aquí. Nos tomamos de la mano y caminamos hacia la pared, mirando fijamente el cielo azul ya oscuro. "¡Ah, por qué me hacen esto!" "¿Hice algo mal?" No sé quién empezó a gritar primero, en cualquier dirección del cielo. Ventila hacia el suave azul oscuro. El cielo es como un anciano amable que trata con amabilidad a esta infeliz niña. Hubo un tiempo en que hablábamos y gritábamos hasta que oscurecía. Érase una vez, la azotea se convirtió en nuestro lugar favorito. Las paredes pintadas de blanco crean un fuerte contraste con el cielo. Así como la realidad contrasta con nuestra imaginación. Las cargas que nos da la vida son demasiado pesadas y demasiado pesadas, más allá de lo que podemos soportar. Quizás sólo mirando hacia el cielo azul profundo podamos gritar nuestros pensamientos más íntimos. Estaba oscureciendo y me fui a casa, pero todo esto quedó grabado en mi memoria durante mucho tiempo. El cielo azul registra en silencio los días que hemos caminado juntos.
De pie bajo la sombra de los árboles, el cielo azul parece sonreírme amablemente. Salí del recuerdo suavemente. Mirando las nubes blancas que aún caminaban, sonreí inexplicablemente, como si hubiera recogido algo que se había perdido. Mirando hacia arriba, el cielo sigue siendo del mismo azul intenso que antes.
Caminando de camino a casa, me pareció recordar vagamente ese recuerdo otra vez, pero era solo una nebulosa sombra azul oscuro. No hace falta pensar más en eso, porque ya lo tengo grabado en mi corazón, ese azul oscuro, ese periodo de tiempo que pasamos juntos...