Un artículo lleno de sabor: Ir al baño
1.
No sé cuándo comencé a desarrollar el hábito de leer en el baño.
Cuando era niño vivía en bungalows con baños públicos. Vi a alguien en el baño concentrado en leer el periódico de la tarde. En ese momento pensé: No apesta.
Más tarde me mudé a un edificio y tenía un baño independiente.
También me empezó a gustar leer en el baño.
En ese momento, había mucha presión por estudiar y había montañas de libros de referencia y artículos en mi escritorio.
Solo en un espacio tranquilo, al realizar la reencarnación de los granos, el cuerpo y la mente pueden estar completamente relajados.
Así que, cada vez que iba al baño, buscaba un libro para llevarme. Poco a poco, la pequeña cesta del baño se iba llenando de libros.
Recuerdo que una vez descubrí que al libro recién comprado le faltaban dos páginas antes de terminar de leerlo. Alguien debió quitárselo para satisfacer una necesidad urgente.
Cuando voy al baño, también soy muy exigente con los libros que leo.
Me gusta ver programas de historias, lectores y resúmenes juveniles en el baño. Son cortos y llenos de diversión, lo que me hace sentir aliviado.
Algunos libros que son oscuros y difíciles de entender son sinuosos y sinuosos, lo que dificulta navegarlos sin problemas.
También hay algunos libros que me gustan tanto que no quiero llevarlos al baño por miedo a oler mal.
Leer un libro en el baño parece no ser un libro sino un sentimiento, lo que hace que la gente se sienta muy relajada y la vida sea muy cómoda.
2.
Cuando creces y vives al ritmo acelerado de los tiempos modernos, tienes que soportar mucha presión.
Ya sea en el trabajo o en casa, el tiempo en el baño es una rara oportunidad para respirar y relajarnos, y podemos dejar todo atrás por un corto tiempo.
Con la portabilidad de los productos electrónicos, las personas se están acostumbrando cada vez más a leer información sobre productos electrónicos. Lo más cómodo es leer en tu teléfono móvil.
Hace tiempo que del baño de mi casa se han limpiado los montones de novelas y revistas en papel.
Hoy en día, los teléfonos móviles son tan estándar como el papel higiénico.
Parece que no prestar atención a la hora de ir al baño se ha convertido en un problema habitual entre la gente moderna.
Solía pensar que leer mientras vas al baño es algo elegante que aprovecha al máximo el tiempo y aumenta los conocimientos.
Sin embargo, cuando no puedes dejarlo, solo puedes verlo antes de verlo, lo que sin darte cuenta aumenta el tiempo que lleva ir al baño.
También hubo varias ocasiones en las que mi teléfono se me resbaló de la mano y cayó al inodoro, me sentí realmente arrepentido.
Recientemente, una empresa británica inventó un "inodoro estándar", un nuevo tipo de inodoro basculante que puede reducir el tiempo que los empleados pasan yendo al baño y reducir las colas para ir al baño en los centros comerciales y otros lugares.
Cuando lo llevas mucho tiempo retenido y buscas en varios baños de la empresa con dolor de estómago y todavía no encuentras un espacio vacío, descubrirás que este es realmente un buen invento.
Algunas personas juegan adentro, otras compran adentro, algunas usan Kuaishou y otras duermen. Esto no es un baño, esto es el paraíso.
Cuando estás en un gran centro comercial durante las vacaciones, hay una larga cola frente al baño de mujeres, y hay muchos amigos pisoteando y dando vueltas, mientras la gente en la puerta pequeña está jugando tranquilamente con sus teléfonos móviles y amigos. Cuando compartas los resultados de tus compras, también aplaudirás este invento.
A veces, sólo después de vivir situaciones embarazosas y embarazosas podemos aprender a considerar a los demás.
3.
Cuando los teléfonos móviles se convierten en una parte indispensable de la vida de las personas, surgen diversas enfermedades relacionadas con los teléfonos móviles.
La adición de productos electrónicos al inodoro también traerá muchos riesgos para la salud. Por ejemplo: hemorroides, estreñimiento, espondilosis cervical, irrigación sanguínea insuficiente en las piernas...
Por eso, es mejor ir al baño sin pensamientos que te distraigan.
Si ocasionalmente no puedes evitarlo, debes saber cómo detenerlo.
Si se llevan las cosas a los extremos, muchas veces tendrán efectos contraproducentes.
Desde que tuve mi segundo hijo, he abandonado la costumbre de leer en el baño.
Sin embargo, ha pasado mucho tiempo desde que fui al baño para olvidarme de mí y de las cosas. Cada vez que pensaba que mejoraría solo, la figura de Erbao estaba impresa en el exterior de la puerta de vidrio. Luego se escuchó una voz sorbida: Mamá, quiero entrar...
Antes podía ir al baño sin preocupaciones, pero no lo valoraba. Ahora, lo psicológico. La sombra se hace cada vez más grande y las lágrimas atraviesan mi corazón.