Si sientes que la vida es muy agotadora y no encuentras a nadie con quien hablar, también puedes leer este libro.
Tienes que saber que la amargura vomitada por tu propio corazón y pulmones puede ser sólo un pasatiempo para los demás. Tienes tu propia tristeza y los demás también tienen las dificultades de otras personas. Tal vez puedas comprenderlo, pero no sentir empatía.
Cada uno habla de su propio sufrimiento, pero ¿quién habla del sufrimiento de los demás? Cuyo mundo será fácil y cuya vida transcurrirá sin contratiempos. Piensa en aquellos que lo pasan peor que tú y quizás te sientas afortunado. Cambia tu perspectiva y tal vez veas otro mundo.
Todo el que se queja, en realidad se está quejando. Necesitas hablar, necesitas que te escuchen. Pero, ¿alguna vez has pensado en cuántos confidentes puedes tener en la vida y cuántas personas pueden escuchar tus largos discursos?
Solo trabajando duro para cambiarte a ti mismo y perseverando podrás salir del mar del sufrimiento. Cuando aprietas los dientes y atraviesas los reveses de la vida, descubrirás que el pasado no es nada, mientras vivas, habrá un mañana. El tiempo pasa y todo pasará.
Cuando era niño y me rompí el pie, me dije: no tengas miedo, todo pasará. Cuando las heridas se formen costras y crezca carne nueva, te dirás que el crecimiento implica no sólo la dulzura de la risa, sino también el ardor de la herida. Cuando me enamoré por primera vez lloré tanto que pensé que no podría vivir sin la otra persona. Después de llorar, me dije esto: no tengas miedo, esto pasará. Cuando piensas en ello, no hay ningún dolor desgarrador ni anhelo insomne. Has aprendido a ser fuerte, a conocer las opciones y a conocer el mañana.
Si sientes que la vida es dura y agotadora. Quiero decirles que sólo soportando las dificultades uno puede convertirse en un maestro. La liberación ocasional puede aliviar las emociones, pero no es necesario quejarse todos los días. A veces las personas necesitan aprender a guardar silencio y saber que cada vez que sufren, habrá una nueva versión de sí mismas. ¿Cómo puede la vida ser tranquila? Espero que no te inmutes ni tengas miedo al encontrarte con el viento y las olas. Que te transformes y alcances el nirvana una y otra vez, permitiéndote extender tus alas y volar, contemplar la tierra y luchar codo con codo bajo el sol.