Maestro, quiero decirle algo: ensayo de 400 palabras.
En clase, nos diste conferencias vívidamente. A veces tu voz es ronca y tu boca seca, pero lo superas con tu voluntad. Cuando los estudiantes vieron esta escena, se emocionaron hasta las lágrimas.
Se acabó la salida de clase, el patio de recreo está hirviendo y el campus está lleno de risas. Pero el profesor se sentó en su silla y corrigió su tarea con concentración y meticulosidad. De vez en cuando, incluso si algunos compañeros traviesos se te acercan y le dan la mano en broma unas cuantas veces, simplemente lo miras y continúas trabajando duro.
Durante la pausa del almuerzo, nos pediste que cerráramos los ojos y nos relajáramos, pero estabas agotado y tuviste que prepararte para la reunión.
Después de la escuela, los estudiantes corrieron a sus casas.
¡Gracias profesor! Te tomaste la molestia de corregir la tarea. Nuestros errores están contigo y ya han sido integrados en la pista del progreso en la vida. Bajo el liderazgo de un maestro: aprende lecciones y crece en sabiduría. ¡ah! Maestro, eres como un jardinero, que cada día nos riega y abona para que podamos crecer.
¡Te quiero maestra!
¡Te quiero maestra!