Liquen plano zonado

[Manifestaciones clínicas] Las lesiones cutáneas típicas son pápulas planas poligonales, de color rojo púrpura o azul púrpura, de aproximadamente 3 a 5 mm de diámetro, con un centro ligeramente hundido o tapón angular, y bordes consistentes con crestas cutáneas normales. claro y la superficie es lisa y lisa, brillante y con brillo ceroso. Después de limpiar la superficie con parafina líquida, se pueden observar con lupa pequeños puntos grises brillantes y rayas reticulares poco profundas, llamadas rayas de Wickham, que son las lesiones características de esta enfermedad. La erupción suele aparecer en las extremidades (Figura 16-8), especialmente en las muñecas, los antebrazos, la parte interna de los muslos, el tronco, la cintura y las nalgas, y los casos sistémicos dispersos o localizados son raros. Cuando ocurre en la cabeza, puede provocar la caída permanente del cabello. Después del rascado en la fase aguda, pueden aparecer lesiones de liquen plano lineales o en forma de cuentas en el sitio del rascado, es decir, isomorfas.

El paciente presentó diversos grados de picazón, pero los síntomas sistémicos no fueron severos.

Aproximadamente la mitad de los pacientes pueden tener daño en las mucosas, a veces el único daño en esta enfermedad.

La mayoría se produce en la cavidad bucal, especialmente en la mucosa bucal, lengua, encías y labios. Son líneas o manchas blancas dendríticas o reticulares, pápulas y placas que pueden ir acompañadas de ampollas, erosiones y úlceras, provocando fuertes molestias. Pueden aparecer lesiones en forma de anillo de color rojo púrpura de 0,3 a 0,5 cm en la mucosa del glande masculino, acompañadas de erosión, úlceras y dolor. En las mujeres, es más común en la cara interna de los labios mayores, la vagina y el cuello uterino y, ocasionalmente, en la mucosa nasofaríngea y la conjuntiva.

En algunos pacientes se encuentran lesiones ungueales, que pueden afectar varias placas ungueales y todas las placas ungueales. Clavos que son desiguales o tienen crestas y surcos longitudinales. En casos graves, la placa ungueal se daña y se cae, y pueden producirse cambios característicos irreversibles similares a los del pterigión.

Esta enfermedad es más común en personas de mediana edad y es un proceso crónico, que dura de varios meses a varios años. Dos tercios de los pacientes se resuelven espontáneamente en 1 o 2 años y puede permanecer una pigmentación marrón clara después de que desaparece la erupción.