Si no fuera Alejandro, preferiría ser Diógenes. ¿Qué significa esta frase?
Diógenes creía que, excepto las necesidades naturales que deben satisfacerse, cualquier otra cosa, incluida la vida social y la vida cultural, es antinatural e insignificante. Hizo hincapié en la autogratificación ascética y alentó el abandono de un entorno confortable. Como practicante ascético, vivió en un barril y vivió como un mendigo. Todos los días durante el día sostenía una linterna y caminaba por las calles "buscando gente honesta". Diógenes expuso la hipocresía de la mayoría de las normas y credos tradicionales y pidió a la gente que volviera al estado ideal de vida sencilla y natural. Más tarde, estudió con Antístenes, un discípulo de Sócrates, y llevó adelante con el ejemplo la "filosofía cínica" de su maestro, tratando de subvertir todos los valores tradicionales. No le importaba que otros lo llamaran "perro" e incluso coreaba "Vive como un perro". La gente llama a su filosofía "cinismo". Sus pensamientos filosóficos sentaron las bases del ideal griego antiguo de una vida sencilla. Entre las diversas obras ahora perdidas que se le atribuyen se encuentran diálogos, obras de teatro y un libro llamado La República de Roma, que describía una utopía anarquista en la que la gente vivía una vida "natural".
Se dice que Diógenes vivía en un tonel, y todas sus posesiones incluían el tonel, un manto, un palo y una bolsa de pan. Una vez, Alejandro Magno lo visitó, le preguntó qué quería y prometió cumplir su deseo. Diógenes respondió: "Espero que te hagas a un lado y no bloquees mi luz del sol". Alejandro Magno dijo más tarde: "Si no fuera Alejandro, me gustaría ser Diógenes".
La gente piensa que esta afirmación es contradictorio. Pero Alejandro tenía sus propias razones para decir esto. Entendía el cinismo de una manera que otros no entendían. Era lo que Diógenes llamaba un "ciudadano del mundo". Al igual que Diógenes, admiraba la imagen heroica de Hércules, mientras que otros sólo trabajaban duro por sus propios intereses, este héroe trabajaba duro por la humanidad. Sabía que entre los vivos sólo Alejandro el Conquistador y Diógenes el Mendigo eran libres.