Resumen argumental de las reglas del juego
Antes de la Segunda Guerra Mundial, el piloto francés André Giulillo completó la hazaña de volar a través del Atlántico en 23 horas. Pero entre la multitud que la recibió, no había ninguna figura de Christina y Juliette estaba extremadamente desesperada. Para consolarlo, su viejo amigo Octave le prometió dejarle ver a Christina, pero también le advirtió a Julie que no perdiera el tiempo, porque cuando se trata de mujeres de clase alta, hay que entender sus reglas. Octave convenció a Christina para que invitara a Julie a la villa como invitada y obtuvo el consentimiento del marido de Christina, Robert. Ese día, cuando Giulio se presentó en la villa, los invitados se acercaron a felicitarlo.
La escena frente a ella estimuló la vanidad de Christina, quien reveló su relación con Juliet a todos. En ese momento, Robert estaba siendo perseguido por su amante Geneviève. Ha decidido romper con Geneviève, y Geneviève espera que Robert la abrace nuevamente y recuerde la felicidad de su amor anterior. Mientras se abrazaban fuertemente, Christina vio la escena. Por la noche, Christina encontró a Geneviève y, después de algunas reflexivas discusiones, las dos mujeres llegaron a un cierto acuerdo tácito. En la fiesta, Geneviève intimó con Robert sin ningún escrúpulo, mientras Christina tomaba la mano de otro hombre y charlaba. Giulio finalmente encontró a Cristina, y Cristina le propuso volar con él, lo que hizo que Giulio se emocionara y avergonzara al mismo tiempo.
De repente, Robert los vio y corrió hacia adelante para pelear con Julie. Mientras los dos peleaban ferozmente, Octave y Christina se escondían en el balcón, recordando sus vidas juveniles. Octave quería irse volando con Christina, pero cuando vio a Juliet que todavía estaba enamorada, cambió de opinión. Le pidió a Giulio que le entregara el abrigo a Cristina. Justo cuando Giulio iba emocionado a buscar a Cristina, el novio pensó erróneamente que era el amante de su esposa y lo mató a tiros. Cuando Julius muere, sólo Octave llora tristemente. Christina parecía no tener ningún problema con Robert y toda la mansión volvió a la calma.