Después de apretar las glándulas anales, el perro se comporta de manera extraña, no duerme y corre a todas partes.
Precauciones para la limpieza de las glándulas anales:
1. Es muy importante exprimir y limpiar las glándulas anales del perro con regularidad. Si las glándulas anales de su perro no se aprietan con frecuencia, también puede causar inflamación de las glándulas anales. Debes prestar atención a la técnica: de abajo hacia arriba, de dentro hacia fuera, de ligero a pesado. Recuerda: al apretar, lo mejor es tapar el ano con toallas de papel o algodón para evitar que el agua maloliente salpique el cuerpo.
2. Si la glándula ha estado bloqueada durante un período de tiempo, la secreción se exprimirá como si fuera pasta de dientes en lugar de rociarla. Suele salir con un suave apretón.
3. Si la glándula anal del perro no es fácil de apretar, necesitas otro método, que consiste en colocar el dedo índice y el pulgar en la parte inferior de la glándula y apretar suavemente hacia arriba y hacia afuera. La secreción normal es de color marrón amarillento claro, su concentración varía de acuosa a pastosa y va acompañada de un olor fétido. Si hay pus y sangre en la secreción, significa que has sido infectado y debes acudir al médico lo antes posible.
4. Si el sedimento se puede sentir pero no se puede exprimir, significa que la glándula anal se ha bloqueado y debe tratarse lo antes posible. De lo contrario se expandirá. En este caso, el perro lamerá el ano y el suelo. En casos severos, dolerá. Debido al dolor, el perro seguirá corriendo o persiguiéndose la cola o lamiendo o mordiendo la base de la cola, y eventualmente desarrollará un absceso. En este momento, el perro parece apático, se niega a comer o está estreñido.
5. Revise periódicamente el saco de líquido del ano y límpielo una vez cada medio mes o un mes.