¿Cuándo has echado un vistazo al secreto de otra persona?
Hace mucho tiempo, el dueño de una empresa en la que trabajaba tuvo un problema con su teléfono móvil, me pidió que lo revisara y lo dejó allí durante mucho tiempo. No estaba interesado en verlo. Sin embargo, por alguna razón, consideró el teléfono como suyo. Lo presionó varias veces por costumbre y no pudo detenerse. Resultó que el patrón había quebrado hacía mucho tiempo y su casa, terreno, fábrica, maquinaria y todo lo demás estaban hipotecados. Resulta que la deuda de nuestra empresa ya ha arrastrado a varios proveedores. Resulta que todos los meses obtenemos un préstamo para pagar nuestros salarios. Resulta que suele pasar mucho tiempo invitando a los invitados a cenar, jugando a las cartas y entreteniéndose, pero está sacrificando su vida para acompañar al caballero. Resulta que no tuvo más remedio que deducir los beneficios de los empleados. Resulta que el nuevo coche de lujo que compró era sólo una tapadera para cubrir las pérdidas de la empresa. El jefe ha estado sufriendo en su corazón, pero nunca lo dijo. Piénsate de nuevo, ¡ayer pediste descaradamente un aumento de sueldo! Aunque el jefe no suele tratarnos bien. ¡Pero cómo puedo hacer esto! ¡Simplemente no humano! ¡No, no puedo dejar que otros lo sepan! De lo contrario, ¡la empresa colapsará en un instante! ¡El arduo trabajo del jefe será en vano! ¡Debo mantener este secreto y trabajar más duro! ¡Sobrevive a las dificultades con el jefe!