El material de escritura de novelas universitarias describe un dolor insoportable.
Un dolor agudo surgió, estimulando mis nervios. Sentí mi estómago como si hubiera sido apuñalado por miles de cuchillos ardientes y un dolor punzante se extendió por todo mi cuerpo. Un estallido de dolor me golpeó como la marea del río Qiantang, una ola tras otra.
De repente sintió un apretón en el estómago, y entonces el dolor repentino lo despertó de su sueño. Su estómago parecía estar jugando una mala pasada al diablo, y no tuvo más remedio que sostenerlo entre sus manos y llorar.
Sentía mucho dolor. Los músculos de su rostro estaban torcidos formando una bola, como una calabaza amarga, y el sudor fluía gota a gota. Dobló las piernas y salió cojeando del estadio.
De repente, una sensación de ardor saltó sobre mis rodillas. Seguí soplando aire por la boca y la sangre parecía brotar dolorosamente. La sensación de ardor inmediatamente se volvió entumecida, entumecida por el dolor. No me atrevía a tocar la herida con las manos, así que sólo podía llorar.
Ella gritó a todo pulmón, su cabello mojado pegado a su frente al azar, sus cejas estaban torcidas en una bola, sus ojos casi saltaban de sus órbitas, su nariz estaba abultada, su voz era ronca y tenía las manos apretadas con fuerza. Las sábanas estaban empapadas de sudor y las venas de sus brazos aparecieron.
Debido al dolor, solo queda un rostro pálido en el mundo, y grandes gotas de sudor salen y gotean...
...Si tomas tus manos con fuerza, cuando no sentirás dolor cuando tus uñas se claven en la piel.
Los músculos de su cara estaban torcidos formando una bola, como giros y vueltas, y frunció el ceño. Los músculos del medio son como una colina y las arrugas de la frente son como feroces grietas en la tierra seca. Unas gotas de sudor frío brotaron de mi frente.
Su rostro pasó de amarillo a rojo, a morado y luego a blanco. El sudor goteaba de sus palmas. Siguió temblando y ya no tenía fuerzas para hablar.