Las extraño mucho, mis queridas hermanas.
Queridas hermanas, las extraño mucho. Desde el momento en que las dejé, nunca he dejado de pensar en ustedes.
Todavía recuerdo que cuando nos conocimos, parecía una marimacho. Además, soy más madura que tú y sé más que tú. Siempre me llamaste: "Hermana Fen". A partir de ahora, nunca más escuché a nadie llamarme así. Solo te escuché a ti llamarme así por teléfono. Recojo tus caras sonrientes como manzanas rojas y mantengo el momento feliz para siempre en el lugar que te pertenece en mi corazón.
Mi obstinación y tu tolerancia nos han permitido vivir juntas durante cinco primavera, verano, otoño e invierno. Nos cuidamos, nos animamos y confiamos como hermanas... Aún lo recuerdo. En aquel entonces me animaste y me diste un gran apoyo espiritual cuando estaba en el punto más bajo de mi vida. Siempre me dijiste: "¡Cree en ti, todo estará bien!". Tus palabras siempre han acompañado mi crecimiento. A ustedes, mis buenas hermanas, ¡las extraño mucho en este momento!
En este momento, aunque estamos separados por dos lugares, nuestros corazones todavía están muy juntos y podemos adivinar los pensamientos del otro. Sin su apoyo y aliento, tal vez no hubiera persistido en esta ciudad hasta ahora. Hermanas, ¡tengo muchas ganas de volver con ustedes! Miremos hacia el futuro que nos pertenece a cada uno de nosotros en la misma ciudad...
El viento sopla y el viento mece suavemente las hojas caídas, del amarillo brillante al verde oscuro, y finalmente caen las hojas amarillas y sólo queda la luz Ramas desnudas. Mirando en silencio a la luna mientras pasa, observando las nubes en movimiento enmarcadas por el borde plateado de la luz de la luna tan cristalina como el agua, recordando con una sonrisa, recordando el pasado lleno de niebla. Queridas hermanas... Realmente las extraño en este momento...
Los hermosos recuerdos parecen estar grabados en mi corazón, por muy duras que sean las lágrimas, no pueden borrar este hermoso recuerdo. Siempre guardaré tu aliento en mi corazón...