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Anhelo los momentos emocionantes de las novelas.

Cada frase de la novela de Si Ye es un clásico. Déjame darte un ejemplo ~ El solsticio de verano aún no ha llegado, lo he encontrado. A veces, cuando me despierto por la mañana bajo el sol, pienso aturdido en las historias que han sucedido en los últimos diez años. ¿Realmente sucedió?

Pocas veces recuerdo ese puente.

Solo en el solitario atardecer, o cuando cambian las estaciones, viendo a los gansos salvajes volar en grupos, recordaré vagamente la apariencia de Duan Qiao, sus grandes ojos, su nariz recta y las dos comisuras de su boca. Un hoyuelo. Se dice que los chicos con hoyuelos son buenos hablando dulcemente, pero ni siquiera recuerdo las bonitas palabras que me dijo Duan Qiao.

El tiempo cubre nuestras vidas con la misma facilidad que el agua.

El único recuerdo que recuerdo de Broken Bridge es una historia sobre ángeles, que varias personas contaron una vez a Broken Bridge. Pensé que Qingtian era el ángel de mi vida que me haría madurar y amarme. Pero no esperaba que el verdadero ángel de mi vida fuera Broken Bridge.

Él apareció en mi vida a toda prisa, detrás de la caja de una tienda de conveniencia, y apareció mi maravillosa vida. Él me enseñó el amor verdadero, me enseñó una vida maravillosa y me enseñó a nunca rendirme solo porque vengo de una ciudad pequeña. Incluso un chico de campo puede convertirse en el mejor arquitecto.

Aún recuerdo vagamente lo que me dijeron estos puentes.

Mis recuerdos de él y del lugar donde nació en Yongning, un pequeño pueblo junto al mar. Podía ver el mar desde que era niño, pero nunca había visto la nieve por primera vez. Esta vez en Beijing mis compañeros de clase en la universidad se rieron de mí. Debería estar en el cielo ahora. Cuando me explicó su ciudad natal, dijo que significaba paz eterna. Entonces, ¿el paraíso sobre las nubes blancas es otro Yongning?

Simplemente no tengo tiempo para ir a ver el mar contigo. Este es el mayor arrepentimiento de mi vida.

Ahora puedo recordarte con calma, puedo hablar de ti sin tristeza, y puedo decir que fui al cielo sin llorar ni causar problemas. He podido extrañarte durante mucho tiempo.

Sólo de vez en cuando, tu cara de traviesa y tus hoyuelos aparecerán repentinamente en tu memoria, tal como te gusta abrazarme fuerte por detrás antes de morir.

Sólo de vez en cuando, en una calle concurrida o en un autobús, de repente extraño el calor que me rodeabas con tus manos.