Cómo definir la autodramatización
Trastorno dramático de la personalidad
El antiguo término es personalidad histérica, K. Schneider lo llama una personalidad convincente. Este tipo de persona necesita atención constante de los demás. Que le presten atención le hace sentirse satisfecho y feliz, pero si nadie le presta atención, fácilmente se sentirá vacío y aburrido. El discurso, los movimientos y las expresiones son exagerados, como actuar, intentando atraer al público en el acto sin preocuparse por nada más. Para llamar la atención no hay que dañar el cuerpo (autolesión o suicidio) ni respetar la dignidad personal. Deseoso de participar en escenas emocionantes, le gusta unirse a la diversión y lucirse. Cuando no hay suficiente estimulación realista, se recurre a la imaginación para estimular experiencias intensas. A esto se le llama autodramatización. Al carecer de un estado de ánimo inherente, las emociones casi siempre son reactivas y exageradas, pero dan a las personas un sentimiento superficial. No hay impresión de emoción o simulación genuina. Este tipo de persona presta demasiada atención al atractivo del cuerpo y la ropa y, a menudo, muestra tentación sexual en palabras y hechos, pero puede ser biológicamente frígida. Las mentiras fantásticas no son infrecuentes. Describía anécdotas en libros y periódicos como sus propias experiencias personales e inventaba experiencias de vida conmovedoras, sólo para causar sensación. Para esas personas, el mundo de fantasía parece más real que el mundo real.
Tanto la llamada personalidad límite como la personalidad narcisista pueden considerarse variantes de la personalidad dramática.