Mi primer intento de composición dramática.
Esta mañana me levanté temprano y estaba muy emocionado, porque hoy era la primera vez que iba sola a casa de mi amigo en un coche.
Antes de salir, mi madre estaba muy preocupada de que yo viajara sola en el auto. Me dio innumerables advertencias, diciéndome que prestara atención a la seguridad vial y que no entablara conversaciones con extraños. A pesar de ello, mi madre seguía preocupada y me dio un teléfono móvil para que me llamara si tenía algo que hacer. Pero no lo tomé en serio y pensé: ¡Ustedes me subestiman demasiado!
Después de salir, inmediatamente sentí el sol abrasador afuera y estaba sudando profusamente después de no caminar por mucho tiempo. Corrí rápidamente a la estación, miré a derecha e izquierda la placa del autobús y luego recordé que quería tomar el autobús número 26. Luego, estiré la cabeza y miré a mi alrededor, esperando que el autobús número 26 llegara pronto. Las cigarras en el árbol también gritaban irritadas, como si estuvieran tan ansiosas como yo. Finalmente, el autobús número 26 vino lentamente hacia mí. Subí al auto, busqué un asiento y me senté. Mientras me sentaba, me sentí nervioso y no pude evitar apretar con fuerza mi billetera y mi teléfono móvil. Sentí que el tiempo pasaba tanto que tenía miedo de sentarme frente a mi estación o de ser observado por gente mala, me sentí incómodo, como si llevara un conejito en mis brazos.
Al cabo de un rato llegamos a la estación. La amistosa llamada de la tía del revisor para que me detuviera interrumpió mis pensamientos y la gran piedra que colgaba de mi corazón también cayó.
A través de este incidente, aprendí que nada es tan simple o difícil como crees. Debemos tener el coraje de intentar ejercitar nuestra capacidad independiente. Permítete seguir creciendo y progresando