Siempre hay una temporada que me pertenece composición
Siempre hay una temporada que me pertenece La composición es la siguiente:
Siempre hay una temporada que me pertenece.
Siempre hay. una temporada que me pertenece. Esto es firme y confiado. Todos somos como una flor, buscando su propia estación para florecer con el brillo más hermoso.
Siempre hay una estación que me pertenece. No importa primavera, verano, otoño o invierno, floreceré. Disfruto del calor del sol, siento la humedad de la lluvia y el rocío, doy la bienvenida al llamado del viento y escucho el susurro de los árboles. Busco mi propia existencia en cada estación, siento el mundo a mi manera y entiendo la vida a mi manera.
En primavera, soy como un pequeño árbol, despierto bajo el cálido sol. Tengo la vitalidad de la vida. Utilizo todas mis fuerzas para recibir el sol primaveral. Utilizo todo mi entusiasmo para abrazarlo. . El calor de la primavera. En verano, soy como una flor que florece bajo el cálido sol. Tengo la pasión de la vida y uso todas mis fuerzas para recibir el sol del verano.
Utilizo toda mi ilusión para abrazar el calor del verano. En otoño, soy como una hoja caída, flotando en los dorados colores del otoño. Tengo la sabiduría de la vida. Utilizo todas mis fuerzas para dar la bienvenida a la cosecha de otoño. Utilizo todo mi entusiasmo para abrazar la belleza del otoño. En invierno soy como un copo de nieve.
Flotando en la fría noche de invierno, tengo la tenacidad de la vida. Empleo todas mis fuerzas para acoger el frío del invierno, y empleo todo mi entusiasmo para abrazar la pureza del invierno. Siempre hay una temporada para mí, no importa cuándo ni dónde, me apegaré a mi fe. Usaré mi tenacidad y perseverancia para enfrentar los desafíos de la vida, y usaré mi entusiasmo y coraje para enfrentar los desafíos de la vida.
Sé que sólo en este proceso puedo encontrar mi propia temporada. Por lo tanto, continuaré avanzando a pesar de las dificultades y desafíos. Creo que siempre habrá una temporada que me pertenece, donde brillaré con el brillo más hermoso.
Siempre hay una estación que me pertenece. No importa primavera, verano, otoño o invierno, siempre está mi luz única. Al igual que los cerezos en flor en primavera, florecen solos en las ramas. Los pétalos rosados se mecen suavemente con la brisa primaveral, anunciando su belleza al mundo. Yo también, no importa cuándo ni dónde, tengo mi propia brillantez.
Siempre hay una temporada que me pertenece. Esta es mi expectativa y aliento para mí. Sé que sólo después de experimentar el severo frío del invierno podremos dar la mejor bienvenida a la llegada de la primavera. Estoy dispuesto a soportar dificultades y reveses porque sé que estas experiencias me harán más maduro y más fuerte.