Animación dibujada a mano de Dayu'er
Soy un pececito. Mi casa solía estar en el mar infinito y era muy hermoso allí. Temprano en la mañana, los árboles extendían sus altas y verdes figuras, haciendo ejercicios matutinos con la brisa. Debajo de los árboles, la hierba es verde y las flores florecen. Los pájaros están ocupados bailando en las ramas y llamando a sus amigos. El cielo azul y las nubes blancas se reflejan en el agua, haciendo nuestro hogar más confortable. Mis amigos y yo caminamos entre las nubes, jugamos con los pájaros y dejamos nuestras felices huellas en las plantas acuáticas. Cuando nos cansábamos de jugar, nos tumbamos en el agua, inflábamos burbujas tranquilamente y tomábamos el sol por la noche, las estrellas iluminaban las farolas para nosotros y mis padres me llevaban a pasear entre ellas, hablando y riendo.
Un día, la tranquilidad aquí fue rota por sonidos ruidosos. Los pájaros asustados dejaron plumas ensangrentadas en el agua. Resulta que las motosierras humanas claman por destruir el bosque de pájaros cantores y flores fragantes, se acercan excavadoras, excavadoras y otros monstruos ensordecedores, y camiones enteros con materiales de construcción han ocupado esta hermosa tierra. Pronto apareció aquí un bosque de hormigón armado. Los vecinos están inquietos. ¿Es una maldición o una bendición? Mamá y papá descubrieron que los humanos van a construir una fábrica de productos químicos aquí.
Desde entonces, cada mañana, un humo espeso sube de las espesas chimeneas y llena nuestro cielo, como un niño travieso que usa un bolígrafo negro para describir el cielo azul y las nubes blancas es asqueroso; el olor es famoso por volar en las alas del viento; las espesas aguas residuales negras se arrastran sobre nuestra casa como víboras y nos persiguen como un fantasma.
El encaje incrustado en la orilla del mar se desvaneció por alguna razón, y mis hermanos y hermanas contrajeron enfermedades extrañas una tras otra y se fueron para siempre. También comencé a sentir los pasos de la muerte acercándose a mí...