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¿Por qué Mei Lanfang se dejó crecer la barba durante la Guerra Antijaponesa?

Mei Lanfang se dejó crecer la barba durante la Guerra Antijaponesa porque no quería subir al escenario a cantar frente a los japoneses, lo que demostró el fuerte patriotismo del Sr. Mei Lanfang.

Los destacados logros de Mei Lanfang en el arte atrajeron la atención de extranjeros. Antes de 1949, actuó en Japón, Estados Unidos y la Unión Soviética, y ganó premios literarios honorarios del Pomona College y la Universidad del Sur. Doctorado en California. El Sr. Mei también fue un gran patriota. Durante la Guerra Antijaponesa, se dejó crecer la barba y se negó a actuar. Se ganaba la vida escribiendo y vendiendo pinturas.

Después de la liberación, se desempeñó sucesivamente como presidente del Teatro de la Ópera de Pekín de China, presidente del Instituto de Investigación de la Ópera China, vicepresidente de la Federación China de Círculos Literarios y Artísticos y vicepresidente de la la Asociación de Dramaturgos Chinos. En 1959, se unió al Partido Comunista de China y ensayó su última obra nueva "Mu Guiying Takes Command" a la edad de 65 años. Murió de un infarto en Beijing el 8 de agosto de 1961. 67 años.

Información ampliada:

El 13 de agosto de 1937, el ejército japonés atacó Shanghai y estalló la Guerra Songhu. No mucho después de que los invasores japoneses ocuparan Shanghai, se enteraron de que Mei Lanfang, la mundialmente famosa número uno de la Ópera de Pekín, vivía en Shanghai, por lo que enviaron a alguien para invitar a Mei Lanfang a hablar por radio, pidiéndole que expresara su voluntad de servir. Los "músicos imperiales" de Japón.

Después de que Mei Lanfang se diera cuenta de la conspiración japonesa, decidió dejar Shanghai hacia Hong Kong lo antes posible para deshacerse de los invasores japoneses. Así que envió un mensaje a los japoneses diciéndoles que pronto saldría a actuar en una obra de teatro y, al mismo tiempo, llevó a su familia y a un grupo a Hong Kong en barco por la noche.

Después de que Mei Lanfang llegó a Hong Kong, vivió recluido y se negó a aparecer. Para matar el tiempo, además de practicar Tai Chi, jugar al bádminton, aprender inglés, leer periódicos y ver las noticias, dedicó su principal energía a la pintura. Le gusta pintar pájaros, estatuas de Buda, insectos de la hierba, peces nadadores, camarones y danzas de extranjeros. Los familiares y miembros de la comparsa se mostraron muy felices al ver estas obras y dijeron que les aportaban mucha belleza y alegría.