Conoce al ángel de la ciudad: mi diario de viaje
La risa del amor a primera vista
Caminando por el camino de piedra del pueblo, una sarta de risas como campanillas de plata flotó en mis oídos. Al darme la vuelta, vi tres angelitos jugando. Cuando tenía siete u ocho años, tenía una sonrisa alegre que hacía que la gente quisiera unirse a sus momentos felices.
Volver a encontrarnos con el río
Al día siguiente, el destino hizo que volviéramos a encontrarnos. Esta vez me invitaron a jugar junto al río. Quítate los zapatos y los calcetines y sumérgete en el agua clara del río. Experimentemos juntos los regalos de la naturaleza. Risas y salpicaduras de agua se entrelazan en una hermosa imagen.
Subida a la cima de la montaña
Al tercer día nuestra aventura continuó. En las colinas de la ciudad florecen las flores y el paisaje es pintoresco. Tres niñas viajaban por las montañas como elfos, compartiendo leyendas e historias sobre esta tierra.
Con motivo de la despedida
El momento de la despedida siempre es tan apresurado. El último día recibí un pequeño obsequio cuidadosamente preparado por ellos, que fue testimonio de nuestros recuerdos. Promételes que volverás a visitar a estos lindos angelitos la próxima vez.