¿Por qué los aviones pueden volar? ¿Cuál es su principio básico?
Los primeros aviones avanzaban gracias a la tracción generada por la rotación de la hélice en la parte delantera del fuselaje. Las hélices no producen mucha tracción y el avión no se mueve muy rápido. El 27 de agosto de 1939, el primer avión a reacción realizó con éxito su vuelo inaugural, aumentando considerablemente la velocidad de los aviones. El motor a reacción comprime el aire inhalado y luego lo mezcla con combustible para formar gas de alta temperatura y alta presión, que se rocía hacia atrás para generar una poderosa fuerza motriz, lo que permite que el avión vuele a altas velocidades.
Ahora, los aviones pueden volar a varias veces la velocidad del sonido en el aire (340 metros por segundo). Sólo se necesitan una docena de horas para volar un avión de este tipo alrededor del ecuador de la Tierra. Estos aviones se denominan aviones supersónicos. La fabricación de un avión supersónico no solo requiere motores a reacción avanzados, sino que también exige altos requisitos en cuanto a materiales de fabricación y diseño de apariencia de aviones. Es una tecnología muy compleja. Además de los aviones de combate avanzados y los aviones de reconocimiento, algunos aviones de pasajeros grandes también son aviones supersónicos. Sin embargo, los aviones de hélice no han sido eliminados y siguen desempeñando un papel importante en muchos trabajos que no requieren vuelos a alta velocidad (como la fumigación de pesticidas y la prevención de incendios forestales)