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Qing Kui
Autor: Xi Kui
Prefacio Life Experience
Actualizado el 19 de febrero de 2012 a las 17:34:18 Número de palabras: 3104.
La espesa niebla rodaba en el cielo, como una espesa colcha, cubriendo el cielo sin pensar, mirando hacia el cielo.
La gente del Reino de la Niebla ha vivido en la niebla durante generaciones y nunca ha visto el sol. Este ambiente ha resultado en la piel pálida, el cabello gris y el miedo a la luz en este país.
Yo, Xi Kui, nací en un país brumoso, un día brumoso tras día. Todo el país se engalana de alegría en mi honor. Por mi nacimiento, mi padre perdonó los impuestos nacionales por un año y eliminó todas las deudas que el pueblo tiene con el país. La gente pensaba que yo era la reencarnación de una estrella de la suerte y me elogiaban. Todos en la familia real me tratan con el mayor respeto; mis mayores me cuidan muy bien.
La vida es como la brisa primaveral sobre las hojas de los sauces, siempre pasa rápidamente. Desde que tengo uso de razón, mis padres nunca han vivido juntos.
El comienzo del recuerdo es un invierno que se volvió frío inconscientemente, y el frente de niebla era un frío interminable. Mamá tomó mi manita roja y la colocó frente a la taberna favorita de papá en la ciudad. Hace mucho que no veo a mi padre. Él y la niebla que lo rodeaba flotaban ante mis ojos, frotándose entre sí de vez en cuando.
Cuando mi padre nos vio, dejó caer el dinero y salió corriendo por la puerta trasera del pub. Mi madre me levantó como si fuera una botella de remolque y siguió persiguiéndome. Sus gritos agudos gradualmente se convirtieron en rugidos en mis oídos, hasta que mi padre quedó sumergido en el mar brumoso como hielo que se derrumba, levantando una nube de olas blancas.
La madre se arrodilló en el suelo y lloró. Esa fue la primera vez que la vi llorar. Tenía los dientes apretados con fuerza, sin emitir ningún sonido, pero las lágrimas seguían cayendo.
Hace mucho que mi padre desapareció en el blanco deslumbrante. No puedo ver a una madre tan frágil, ni puedo ver a mí tan tembloroso.
No lo recuerdo...