¿Qué dice un discurso de un minuto?
Comprenda al público y la ocasión: haga el trabajo básico incluso antes de poner un pie en el podio. El primer paso es aprender a comprender la audiencia a la que se dirigirá. Considere la ocasión: ¿debería ser seria o más informal?
Elige el tema correctamente: encuentra algunos temas que te resulten familiares. Si debes hablar sobre un tema desconocido, haz tu tarea e investiga a fondo. Porque habrá preguntas del público.
No memorices de memoria: Es necesario estar familiarizado con el material del discurso, pero no es aconsejable recitar o leer el material escrito directamente. De esta forma, si se comete un error, será fácil desviarse del hilo del pensamiento y será difícil volver atrás. En su lugar, concéntrate en ajustar tu tono y voz según la reacción de tu audiencia.
Discurso personalizado: utilice algunas anécdotas e historias interesantes para darle vida al material, lo que puede atraer más a la audiencia. A todos les gustan las historias maravillosas cuando el discurso utiliza algunos hechos e historias reales, la mayoría de los espectadores responderán mejor.
Practica hasta que seas perfecto: Practica frente a un espejo en casa y registra tu tiempo haciendo las cosas que te hagan sentir cómodo mientras hablas. Afinar las expresiones y los movimientos corporales y los experimentos repetidos reducirán el nerviosismo en el escenario.
Cuidado con el reloj: No hay nada peor que tener que terminar tu presentación antes de tiempo. Diseñar medidas correctivas con anticipación para emergencias, tales como: impacto en la audiencia, problemas técnicos. Si sabe que se va a agotar el tiempo, identifique de antemano las partes que puede ignorar. También tenga preparados materiales complementarios en caso de que el tiempo pase demasiado rápido.
Relájate antes de hablar: Sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero intenta siempre relajarte antes de hablar. Respire profundamente y tenga pensamientos positivos.
Lista de consejos: en lugar de limitarse a estar en el podio, prepare una lista de puntos de conversación que le recuerden las áreas en las que debe ampliar. La lista debe tener palabras clave que le recuerden la parte de la que desea hablar. Este método es mucho más eficaz que preparar varios materiales completos.
Diseña un buen comienzo: cuando el primer paso va acompañado de una primera frase exquisita, descubrirás que es fácil capturar el corazón de la audiencia, despertar su curiosidad e inspirarlos en los siguientes discursos. Interés, incluso utiliza algunos temas controvertidos, pero captura sus corazones con la primera frase.
Presta atención al lenguaje corporal: esta es la mejor manera de entender a las personas además de las palabras. La postura y la posición de las manos pueden exponer más de lo previsto. Un estado de inquietud y nerviosismo se puede ver fácilmente en los ojos errantes.
Sea bueno en el contacto visual: mire a la audiencia cuando hable, no por encima ni a través de ella. Si te sientes nervioso, quédate un poco más en una cara amiga. Cuando te sientas más cómodo, pasa a otras caras. Recuerde que todos los ojos están puestos y devuelva la mirada a la mayor cantidad de personas posible.
Domina el ritmo: Habla despacio y con firmeza para que te entiendan plenamente. Cuando un discurso parece apresurado, hay una tendencia a que lo que se dice antes y lo que se dice se superpongan y sean confusos. Si no se controla bien la velocidad, el público se sentirá nervioso y querrá terminar el discurso apresuradamente.
Interactuar con la audiencia: La mejor manera de involucrar a la audiencia en el discurso es interactuar con ellos, hacerles algunas preguntas, dejar que hagan preguntas, esto les hará sentir que son parte del discurso. discurso.
Esté preparado para las preguntas de la audiencia: Tener una audiencia interactiva es una gran cosa, pero esté preparado para las preguntas que le van a hacer. Piense en preguntas más radicales. Si hay algún problema que te pille desprevenido. Intente responder con confianza y lo mejor que pueda. No es aconsejable farolear en este momento. Sepa cuándo mencionar a alguien que tenga más conocimientos que usted.
No prediques: no uses clichés. Usa un lenguaje para que tu audiencia entienda en lugar de usar jerga y palabras sofisticadas para hacerlos sentir importantes.
No pierdas el tiempo discutiendo: Si estás decidido a discutir con alguien, no te quedes estancado en ello. Discutir un punto con una sola persona es una pérdida de tiempo. Otros miembros de la audiencia se inquietarán y el discurso perderá su impacto. Dígale a la persona que lo hable con él después de la reunión.
Uso eficaz de dispositivos de asistencia: ppt y otros dispositivos visuales mejorarán la capacidad de persuasión del lenguaje.
Una presentación totalmente visual desvía la atención del público de la presentación y reduce el impacto de las palabras. Utilice estos dispositivos en problemas que sean difíciles de explicar en detalle técnico. "La sala de estudio escribirá algunos artículos sobre ppt en el futuro, suscríbete si quieres leerlo"
Sea breve: ¡el discurso es para que digan "Guau" constantemente! En lugar de dejarles seguir mirando la hora. Comprueba sus reacciones si ya están agitados. Termina este tema.
No te disculpes por los errores: está bien cometer un pequeño error o perderte una pronunciación. Ajústate a tiempo y continúa hablando, y no vuelvas a distraer a la audiencia. Un rápido "lo siento" será suficiente.
Se permite un tiempo en blanco: cada segundo no tiene por qué estar lleno de palabras. Está bien hacer una pausa para ordenar sus pensamientos y tomar un sorbo de agua.
No grites: asegúrate de que las personas en la última fila de la sala puedan escuchar el sonido, pero no lastimes los oídos de los oyentes. Hable lo más suave y claramente posible, teniendo en cuenta los ecos en el auditorio. Si es posible, pruebe el sonido antes de que entre el público.
Entonación y estilo de habla: Un buen discurso requiere variedad de entonación, saber dónde subir el tono, dónde bajar el tono y dónde enfatizar. La energía es contagiosa y conectará con la audiencia, captando su atención y manteniéndola con el tono de tu voz.
Recuperar la atención a mitad de camino: Los murmullos y susurros del público indican que el discurso ya no es aceptado. En este momento es necesario ser lo suficientemente flexible como para contar una historia atractiva o un chiste para recuperar la atención del público.
Aprovecha tus fortalezas: No intentes ser un maestro orador. Cambia tu enfoque de tus debilidades a tus fortalezas y, si eres bueno en el drama, úsalo. Si no eres bueno con el lenguaje corporal, quédate en el podio y conquista al público con tu voz.
Terminar bien: completar un buen final. ¿No dejaría al público preguntándose qué sigue con un toque de telón perfecto? Intenta terminar con un final muy obvio. De esta forma el público lo recordará durante mucho tiempo.
Lucir bien: Vestir bien mejorará enormemente tu confianza en ti mismo. Cuando sepas que te ves bien, sentirás que puedes conquistar el mundo. No es necesario usar ropa costosa o especialmente diseñada, basta con estar limpio y cómodo.
Exponerte más: La mejor manera de superar el miedo a hablar es exponerte más. Cada vez que cometas un error, te darás cuenta de tus defectos, lo que puede ayudarte a no volver a cometer el mismo error. La próxima vez comete errores, recuerda, la práctica continua te hará perfecto.