Tengo mucha suerte de haberte conocido.
Me cambió.
Mi inglés en la escuela primaria era muy pobre. En mi opinión, en ese momento, el inglés era la materia más difícil del mundo y no aprender inglés era una señal de "patriotismo". En mi memoria, una vez vi a mi madre decirle a mi padre decepcionada: "El puntaje de inglés de mi hija es muy bajo, ¿qué puedo hacer en el futuro?". No lo pensé en ese momento.
En ese caluroso septiembre, fui a la escuela secundaria y te conocí. Este parecía ser el arreglo de Dios. Gracias a su modo de enseñanza eficiente y fácil de entender, me interesé mucho por el inglés. En ese momento sentí que el inglés era la materia más interesante e interesante del mundo y que era necesario aprender bien inglés. De esta forma, a medida que pasa el tiempo, mi inglés mejora rápidamente.
Ahora el inglés es mi punto fuerte. Quizás sea el "efecto director". Bajo este efecto y mi gran interés, mi puntuación en inglés fue la primera de todo el grado en un examen anterior a gran escala. Cuando le conté la noticia a mi madre, su expresión emocionada todavía estaba en mi mente. Ella dijo que trabajé duro, y yo sonreí y dije: "No trabajé duro, pero el maestro me enseñó muy bien".
Bajo su enseñanza seria, mis puntajes en inglés no solo mejoraron significativamente, mi El carácter bohemio también se ha vuelto cada vez más pacífico bajo su severa crítica y educación.
Dicho esto, primero tengo que hablar de tu grandeza. Eres tan gentil y amable en la superficie, pero debajo de un cuerpo tan cálido, tienes un corazón severo y despiadado. Recuerdo la última clase de autoestudio, mis compañeros y yo estábamos jugando en nuestros asientos. Caminaste por el pasillo, me miraste con ojos penetrantes y corriste hacia mí como un guepardo. Inmediatamente me quedé perdido.
En la escuela secundaria, con la llegada de la pubertad, me volví cada día más rebelde y, a veces, incluso hacía cosas increíbles. Entonces me llevaste a la oficina muchas veces para hablar y enseñarme los principios de la vida. Recuerdo una vez que fui demasiado lejos y me llamaste a la oficina. Bien preparado, parece que puedo defender todo lo que dices. Inesperadamente me dijiste: "De lo contrario, no te quedes en esta clase experimental". Esta frase fue como una poderosa bala de cañón, destruyendo por completo todas mis defensas. Mi defensa es vulnerable a este caparazón. A partir de ese momento me volví complaciente y mis notas mejoraron gradualmente.
Te conocí en septiembre de ese año. En abril de este año te conocí. Estoy muy agradecida con Dios por darme esta oportunidad de conocerte.