Hay una historia sobre una profesora que contrajo cáncer. Para no herir los corazones de los niños de la zona montañosa, dijo que volvería a casa y se casaría.
A medianoche, la estación del pueblo de montaña estaba oscura y silenciosa. La maestra Miao Lan llegó a la plataforma con su equipaje, todo su cuerpo temblaba como una descarga eléctrica.
Quería salir tranquilamente del pueblo de montaña en plena noche. Inesperadamente, más de 40 niños de la clase se pararon aquí para despedirla. Debajo de la señal de stop, hay una cesta de nueces con doble felicidad escrita en el mango. Ésta es la etiqueta de los montañeses que felicitan a los recién casados.
Hace tres días, fue a la cabecera municipal y regresó al pueblo de montaña. Les dijo a sus hijos que se iba a casar con su novio, que estaba a miles de kilómetros de distancia. Después de su matrimonio, se instaló allí. Los niños se mostraron reacios a separarse de ella, pero no abrieron la boca para retenerla. Sólo derramaron una serie de lágrimas que les resultó difícil dejar.
El tren silbó a lo lejos.
Más de 40 niños permanecieron tristes y con lágrimas en los ojos, como un plantón herido por la lluvia.
El monitor dijo: "Cantemos una canción "Buena vida y paz" al Maestro Miao".
La canción sonó en el cielo nocturno: "Tantos eventos pasados/Como si fue ayer/Cuántos amigos/Como si todavía estuvieran cerca/Solía tener el corazón apesadumbrado/El encuentro es amargo o dulce/Ahora levanto una copa para desear/que la gente buena tenga una vida segura.”
Esta canción es profunda y triste. Este es el sincero deseo de los niños.
El tren avanzaba lentamente, y los niños cantaban canciones y corrían como un torbellino...
La gente buena tiene una vida segura. Esta canción es como un filtro de lágrimas.
La maestra Miao en el auto rompió a llorar.
¿Cómo saben los niños que ella no planea casarse? Hace tres días fui a la capital del condado para un examen físico. Ella tiene leucemia. Sólo le queda medio año en el viaje de la vida.