¿A qué problemas se enfrenta la herencia de la Ópera de Pekín?
Como arte lleno de rituales simbólicos, la Ópera de Pekín es un símbolo de la cultura, la estética y la ética moral tradicional china. En este contexto de globalización, la comunicación cultural del teatro chino ha experimentado nuevos cambios, que se reflejan en los métodos de comunicación, la connotación comunicativa y otros aspectos.
Debido a la influencia de la globalización, el drama chino también se ha extendido al extranjero. En 1919, Mei Lanfang dirigió un grupo de teatro a Japón por primera vez para actuar y dio el primer paso para que el drama chino se globalizara. . Posteriormente, Mei Lanfang visitó muchos lugares alrededor del mundo y participó en espectáculos que mejoraron enormemente los intercambios culturales entre Oriente y Occidente y también permitieron a otros países realizar verdaderamente el esplendor de la cultura tradicional china.
Sin embargo, en el proceso de globalización, el arte de la Ópera de Pekín también corre el peligro de ser "estandarizado", "unificado" y "homogeneizado" por la cultura occidental, ya que la mayoría del público occidental mira por curiosidad. Para ganarse el reconocimiento de la estética occidental, algunas óperas de Pekín cambian constantemente sus características nacionales, lo que a menudo hace que su propio estilo tradicional se vaya perdiendo paulatinamente, convirtiéndolas en un lobo con piel de oveja. Hoy en día, los cimientos del espíritu estético de la Ópera de Pekín se han visto sacudidos, lo que se refleja en dos aspectos, interno y externo: la atención excesiva al "tema principal" y la búsqueda excesiva de la naturaleza humana. Al mismo tiempo, las formas de "canto, danza y poesía" de la Ópera de Pekín se han ido desvaneciendo gradualmente de la visión estética del pueblo chino.