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¿Por qué a los hombres siempre les gustan las esposas de otras personas?

1La distancia crea belleza. Todos sabemos que la distancia crea belleza. Dos personas que tienen una buena relación están juntas todos los días y se siente aburrido no tener espacio personal. Especialmente después del matrimonio, cuando te llevas bien día y noche, ves esta cara cuando sales y todavía ves esta cara cuando vuelves a casa, la novedad antes del matrimonio desaparecerá naturalmente.

Lo que no está disponible está siempre en conmoción, y lo que se favorece es la confianza. Por lo tanto, una mujer debería hacer un libro que la gente no pueda evitar leer, en lugar de un jarrón que se pueda ver de un vistazo.

2 A medida que pasa el tiempo, hay más conflictos. En la vida, las parejas inevitablemente se encontrarán por casualidad y, a veces, accidentalmente se lastimarán el corazón. La vida no es fácil y cada familia tiene sus propias Escrituras que son difíciles de recitar. Mi esposa se enfrenta a estos asuntos triviales todo el día y es inevitable que se queje un par de veces. Los hombres dirán con emoción, ¿por qué las esposas de otras personas nunca se quejan? Ve al pasillo, ve a la cocina.

De hecho, estos conflictos y quejas son ocultos por todos en la sociedad y sólo serán compartidos con sus allegados.

Después de que el personaje 3 se casa, muchos hombres pierden el aprecio por la belleza de sus esposas. Algunos hombres incluso piensan que casarse con una esposa significa casarse con una niñera. ¿Descubrirás la belleza de las niñeras?

Cuando miras a las esposas de otras personas, rompes esta limitación de rol, las observas y analizas desde la perspectiva de un espectador y un amigo, y sientes que todas tienen méritos y son lindas.

No será bueno una vez que te acostumbres. En el proceso de evolución, las personas han desarrollado una habilidad única para adaptarse al medio ambiente, que es un hábito. Puede que las rosas nos parezcan fragantes, pero ¿aún te sentirías bien si oliéramos rosas todo el día?

Lo mismo ocurre con mi esposa. Poco a poco nos fuimos acostumbrando a su amabilidad y la dimos por sentado. ¡Solo cuando lo pierdas sabrás lo que es el arrepentimiento!