Los padrinos de Tokio
Los tres protagonistas de "Los Padrinos de Tokio" son un tío descuidado, una transexual y una estudiante de secundaria fugitiva. Quizás a los ojos de algunas personas, estas personas sin hogar que ni siquiera pueden llenar su estómago simplemente sean abandonadas por la sociedad. Pero independientemente de su apariencia, todos tienen un lugar en sus corazones que puede tocar el corazón de las personas.
Basándome únicamente en esta película, me retracto de mi opinión anterior. La animación no tiene por qué ser onírica o hermosa, pero puede ser tan emocionante y conmovedora como una gran película. Las películas de Satoshi Kon son menos soñadoras y más sofisticadas que los éxitos de taquilla. A través de Tokyo Godfathers, sentí que me enamoré de Satoshi Kon como director de animación.
La historia es muy simple. La niña fugitiva Miyuki, la transexual Ahua y el descuidado tío Jin recogieron a una niña abandonada en Nochebuena y la llamaron Kiyoko. Sobre el tema de la estadía de Qingzi, Miyuki, Jin y Ahua tenían actitudes opuestas. Ahua quería quedarse con Qingzi, pero Jin y Miyuki se opusieron. Al final, los tres decidieron ayudar a Qingzi a encontrar a sus padres basándose en las pistas sobre Qingzi.
Durante este viaje para encontrar a los padres del bebé, se nos fueron presentando una a una las historias de las tres personas. Cada uno de ellos tiene un pasado doloroso, en el que tienen su propio dolor y confusión. Pero en el viaje para encontrar a los padres de Qingzi, cada uno de ellos obtuvo su propia redención y también ayudaron a dos familias a obtener la redención.
Ahua, una trans que fue abandonada desde pequeña y tiene deterioro cognitivo de género, experimentó la alegría de la maternidad durante este viaje.
Miyuki Kane, este tío descuidado que arruinó a su familia a causa del alcoholismo y el juego, aprendió sobre la responsabilidad de ser padre durante este viaje.
Miyuki, la niña rebelde que apuñaló a su padre y huyó de su familia, conoció durante este viaje la dificultad de ser madre.
Además, también me gustan los muchos detalles y escenarios coincidentes de esta historia, que siempre se conectan sin querer, haciendo que esta película esté llena de calidez.
La mitad e incluso el final de la película son en su mayoría coincidencias. El vagabundo desesperado encontró comida para bebés en el cementerio. La enfermera en la que Ahua está hospitalizada resulta ser la hija de Jin. La persona que rescató al herido Jin resultó ser el exjefe de Ahua. El policía que investiga el caso de Kiyoko resulta ser el padre de Miyuki...
Las coincidencias e incluso los detalles son sorprendentes. También nos dice hasta cierto punto que la bondad siempre traerá buena suerte.