Sitio web de resúmenes de películas - Bellezas de anime - Este collar es el resultado de que Mathilde supiera que el collar es falso.

Este collar es el resultado de que Mathilde supiera que el collar es falso.

Sintió que su mano hinchada se contraía obviamente y de repente se enfriaba.

"Ay, mi pobre Mathilde, ¿estás bien?"

El rostro pálido tenía una expresión dolorosa, y los labios temblorosos habían perdido la capacidad de expresarse.

"No quiero creerlo, Mathilde. El collar que me diste es exactamente igual al original. ¡Dios mío! ¿Necesito enviarte a casa..."

Matilde no escuchó nada y regresó tambaleándose al destartalado ático sin decir una palabra. Ella no lo sabía y no necesitaba expresar nada. Todo estaba perdido y nunca había estado tan vulnerable y asustada en diez años. Hace unas horas, Mathilde se contentaba con pensar que el collar perdido, el dinero prestado... todo había sido pagado. Ahora todo está perdido y no se puede recuperar nada. Entonces buscó desesperadamente y de repente pensó en un vestido. Después de diez años, no se atrevía a esperar ningún lujo o belleza, pero nunca quiso volver a empeñar. Mathilde lo sacó con cuidado del fondo de la caja, pero ahora su gruesa cintura no podía pasar a través de él. Parecía muy vieja en el espejo, con las manos rojas y la piel oscura y áspera que no combinaba con el color brillante de la falda. Ella sonrió amargamente. El error del destino la hizo bella cuando nació en una familia de empleados, y también fue el error del destino el que la privó de todo derecho a la belleza, el orgullo y la vanidad.

Justo cuando estaba pensando en ello, escuché un golpe sordo en la puerta y mi esposo regresó. Matilda tenía una cara triste. Decidió no decírselo a su marido. ¿Y qué si lo hiciera? ¡Pobre Loisel! Todavía tienen que vivir. De pronto Mathilde se sintió mejor. Estaba acostumbrada a este destino. Quizás algún día, un error del destino les permita vivir una vida mejor. Quizás... pensó Mathilde, rápidamente recogió el vestido y lo metió en la caja cerrada. De repente, con un ruido metálico, Mathilde reconoció que se trataba de un collar que valía quinientos francos...