¿Qué es un drama épico?

El concepto de drama épico se originó en el teórico Brecht como una práctica poética, principalmente para mostrar que este tipo de drama espera hacer que el público se relaje y siga el desarrollo de la trama sin ninguna tensión. Por supuesto, esta audiencia siempre se presenta de forma colectiva. Esto es lo que distingue al público del teatro del lector que está solo con el texto. Además, estos públicos, por ser colectivos, a menudo se sienten obligados a reaccionar de forma extemporánea. Según Brecht, esta reacción debería ser una reacción bien pensada y, por tanto, relajada; en resumen, la reacción de alguien que está interesado en la trama. Este interés tiene dos objetivos. La primera es la trama: debe ser tal que el público pueda suprimirla basándose en su propia experiencia personal en puntos clave. El segundo es la actuación: debe ser artísticamente transparente. (Este modo de expresión no deja de ser artístico. Primero requiere que el director tenga experiencia artística y un gran reconocimiento.) Los dramas épicos atraen a audiencias que tienen interés en "pensar no irracionalmente". Brecht no hizo la vista gorda ante las masas, y esta frase puede ilustrar sus limitadas prácticas de pensamiento. En un esfuerzo sutil pero ciertamente no culturalmente atractivo para interesar al público en el teatro, prevaleció una voluntad política.