Una confesión cariñosa, pero al final resultó divertida.
No necesitas complacerme deliberadamente, no necesitas trabajar tan duro, pase lo que pase, te respetaré y no te forzaré. No te llevaré a lugares a los que no te gusta ir; no te obligaré a hacer cosas que no te gusten; si no te gusta mi obstinación, ya no seré obstinada; cuando no quieras que te moleste, me mantendré a un lado en silencio. Si no te gusta el regalo que te di, no te obligaré.
No necesitas trabajar tan duro
Puedes tratarme como a una persona confiable. Cuando tú estés feliz, déjame ser feliz también.
Puedes considerarme una persona confiable. Cuando no estés contento, déjame compartirlo contigo.
No necesitas reprimir tus emociones. Cuando estés enojado, simplemente di lo que quieras. Si quieres regañar, solo regaña. Si quieres golpear, simplemente golpea. No me digas nada, sólo me hará sentir que soy una persona redundante.
Puedes ser tú mismo, la persona franca que dices, que puede decir lo que quiere y hacer lo que quiere.
Ya no necesitas cambiar, porque yo me estoy cambiando.
Te amo de verdad.