Fermín en "La sombra del viento"
Fermín iba pulcramente vestido cuando fue a trabajar a la librería e hizo un buen trabajo. Sin embargo, tuvo problemas con los policías de Fumelo y tenía cicatrices de tortura. Una noche, Fermín perdió el control de sus sueños y se puso histérico en el hotel. La propietaria Nkana llamó a Tanner y a su hijo, y el Dr. Barlow le inyectó un sedante a Fermín.
Después de que Fermín se recuperó, Tanner lo acompañó a un café de moda para tomar el té de la tarde y luego a ver una película gratis en el Teatro Fermina en la esquina de Parliament Street y Grace Avenue. Fermín se enamoró de ver películas y iba al cine todos los domingos.
(1953) Una tarde de octubre, Bernarda, la criada de Clara, vino a la librería y compró un libro para regalarlo por el cumpleaños de su sobrina.
La búsqueda del éxito