Adam Heva

Adán vivía en un hermoso jardín con un clima agradable, flores y árboles por todas partes y muchos animales mansos. Adán no necesitaba trabajar y tenía comida sin fin. Este jardín se llama Edén. Y Dios, que vivió con Adán en el Jardín del Edén. Dios visitaría a Adán de vez en cuando.

Dios cuidó el Jardín del Edén y se lo dejó a Adán para que lo cuidara. Él gestiona el jardín. Hay muchos árboles frutales en el jardín, así que puedes comer todo lo que quieras. Sin embargo, el fruto de un árbol no es comestible. Crecía en el centro del jardín y se llamaba Árbol del Conocimiento del Conocimiento y del Mal.

Dios advirtió a Adán que no podía comer el fruto del árbol del bien y del mal. Si lo comía, moriría. Adán se lo tomó en serio y nunca se acercó al árbol.

Poco después, Dios visitó a Adán nuevamente, reunió a todos los animales y le pidió a Adán que les pusiera nombre. Adam pareció un poco triste cuando vio que todos los animales estaban en parejas. En ese momento, Dios vio los problemas de Adán y lanzó un pequeño hechizo para que Adán durmiera. Cuando Adán despertó, encontró a una hermosa mujer a su lado. Su nombre era Eva y vivieron felices para siempre.

Un día, mucho tiempo después, Eva estaba caminando por el jardín y sin saberlo llegó al árbol que distinguía el bien del mal. Se preparó para darse la vuelta y marcharse con cautela. De repente, las hojas se balancearon y salió una gran serpiente. La serpiente detuvo a Eva y le dijo: Eva, ¿has comido de este árbol?

Eva miró los frutos del gran árbol. Eran rojos y atractivos. Ella respondió que Dios dijo que si comes del fruto, morirás.

La víbora sonrió: Todos habéis sido engañados por Dios. No existe tal cosa. Esta fruta es deliciosa. No morirás si lo comes. Dios miente.

Después de dudar un momento, Eva le creyó a la serpiente. Recogió dos frutas, una para ella y el resto para Adán.

Cuando comieron el fruto, supieron que la serpiente estaba mintiendo. A partir de entonces, Adán y Eva perdieron su felicidad y se llenaron de miedo y ansiedad.

Dios pronto se enteró de que habían robado el fruto prohibido. Para castigarlas, Dios las expulsó del Jardín del Edén y le dijo a Eva: Cuando seas madre, experimentarás mucho dolor. Dile a Adán: Ya no estarás despreocupado, tendrás que trabajar duro para tu familia y para ti mismo, en la tierra que labras crecerán espinas y malas hierbas.

En cuanto a la serpiente, Dios la ha convertido en enemiga de la humanidad desde entonces. Todos los animales la evitan y le tienen miedo.

Sin embargo, Dios todavía ama a sus hijos y continúa cuidándolos, pero no pueden seguir viviendo en el Jardín del Edén. De camino al parque de atracciones del paraíso, hay dos ángeles custodiándolo. Llevaban espadas de fuego para mantenerlos a raya.

A partir de entonces, Adam tuvo que trabajar duro y cultivar la tierra. Por suerte, él y Eve no murieron inmediatamente.