No sé qué viene primero, si el accidente o mañana.
Mañana o accidente, no sé cuál vendrá primero, la tierra se agrietará y se deslizará, el sonido llegará al cielo cuando llore, los viejos recuerdos seguirán ahí, y los ojos será confuso. Recuerda el pasado, aprende del dolor, convierte las lágrimas amargas en un corazón firme y sigue avanzando. Las montañas y los ríos siguen siendo los mismos, ya no son las huellas del pasado. La primavera es cálida y las flores vuelven a florecer. Hay viento en verano y el agua que fluye persiste. Por muy doloroso que sea hay que salir, por muy pesado que sea hay que seguir adelante. El pasado es como el viento, que no puede llevarse los recuerdos del pasado, por eso podemos ver las flores florecer nuevamente para consolarnos del dolor del pasado.
Porque no lo olvidaré, estoy seguro. No te quedes estancado en el dolor, deja atrás el pasado y crea una vida mejor con un corazón más firme. En el pasado, cuando la vegetación se marchitó y el mundo se hundió, todos los seres vivos lamentaron la impermanencia y fragilidad de la vida. Hoy, la hierba es verde, el sol brilla y el viento es suave. El viento es un canto del crecimiento humano, como quejarse y seguir adelante. Es una especie de consuelo para el pasado, como llorar, no olvidar el sufrimiento y recuperar la confianza en la vida.
En los largos años, nos volvemos a encontrar con alegría y tristeza, y nos despedimos. Lo que se pierde ya no se puede recuperar. Lo único que podemos hacer es no olvidarlo nunca. Aprenda a recordar, pero también aprenda a dejar ir. El pasado me viene a la mente y deseo que las montañas y los ríos estén a salvo.