Introducción a los forasteros
Un día, recibió un telegrama informándole que su madre había fallecido, así que se despidió y corrió a la residencia de ancianos donde vivía su madre. Al ver que su madre había sido sepultada, no se molestó en abrir el ataúd para verla por última vez. Cuando enterraron a su madre, no derramó ni una lágrima.
Al día siguiente, regresó a su ciudad y mientras nadaba en la playa, conoció a su ex colega Mary. Fueron a ver una película divertida y pasaron la noche juntos.
Más tarde, Mary se convirtió naturalmente en la novia de Meursault.
Meursault tenía una vecina llamada Lemon, que se peleó con su amante y fue golpeada por su hermano.
Lemon le pidió que escribiera una carta regañando a la señora, y él accedió. Lemon fue citado por la policía por agredir a su amante. Lemon le pidió que fuera testigo y él aceptó.
Más tarde la empresa le pidió que trabajara en la sucursal de París. Él le dijo al jefe que no le importaba, que era lo mismo en todas partes.
María se ofreció a casarse con él, pero a él no le importó. Pensó que María debía casarse. De todos modos, el matrimonio no es un asunto serio. María le preguntó si la amaba y él dijo que no.
El fin de semana, Lemon invitó a Meursault y Marie a jugar en la playa. Como resultado, conocieron a un grupo de árabes reunidos por el hermano de la amante de Lemon. Estalló una pelea y Lemon resultó herido.
Más tarde, Meursault tomó accidentalmente la pistola de Lemon y se dirigió a un manantial claro, donde casualmente se encontraba el árabe que apuñaló a Lemon. Hacía mucho calor. Bajo la fuerte luz del sol, Meursault se sintió mareado y, aturdido, disparó cinco tiros contra los árabes.
Meursault fue encarcelado. El caso se prolongó durante 11 meses y poco a poco se fue adaptando a la vida en prisión. Pasaba el tiempo recordando el pasado, durmiendo y leyendo periódicos.
El día del juicio ha llegado. A partir del testimonio de los testigos, el tribunal supo que Meursault se mostró indiferente ante la muerte de su madre y fue a divertirse al día siguiente de su muerte.
A juzgar por estos hechos, el juez determinó que Meursault fue un asesinato premeditado, lo acusó de no tener alma, humanidad ni moral, y finalmente lo condenó a muerte.
Meursault estuvo excluido durante todo el juicio. Abogados, jueces y el presidente hablan de él, pero no se le permite interferir. Siente que su destino se ha decidido sin su participación y que se ha convertido en un outsider.
Meursault se encuentra en prisión a la espera de ser ejecutado. El sacerdote volvió a pedirle que confesara, pero él se negó. Pensó que nada importaría ahora que iba a morir.
Antes de morir, la idea de una nueva vida cruzó por su mente. Esperaba que durante la ejecución los espectadores le gritaran odio. Esta podría ser su forma única de recordar la vida.