Sitio web de resúmenes de películas - E-sports - "El niño de 3 años es rebelde, ¿qué debe hacer mi madre?" La rebelión no es terrible.

"El niño de 3 años es rebelde, ¿qué debe hacer mi madre?" La rebelión no es terrible.

1. Tratar con calma

Los niños no sólo se niegan a obedecer las instrucciones de sus padres, sino que también se revuelcan en casa para hacer que sus padres cedan a sus exigencias. Incluso si los padres están enojados, no deberían enojarse con sus hijos. Los niños quieren enfatizar su presencia y buscan el respeto de los adultos.

Si los padres siempre adoptan una actitud dura hacia las demandas obstinadas e irrazonables de sus hijos, esto puede causar frustración en sus hijos, hacerles más difícil aceptar el rechazo de sus padres e intensificar su resistencia. En primer lugar, los padres deben mantener una actitud tranquila y controlar sus emociones. Si el niño llora y se revuelve, lo mejor es tratarlo con calma; si el niño está fuera de control, los padres pueden darle un abrazo cariñoso.

2. Comunicación

Los padres primero deben dejar claro que el "no" de sus hijos es sólo para expresar sus propias ideas, no para contradecir deliberadamente a sus padres. Si bien los padres imponen exigencias a sus hijos, también les permiten expresar sus pensamientos sin obstáculos, les dan el derecho a elegir y respetan sus elecciones como adultos. Durante este período, la comunicación entre padres e hijos es muy importante. Los padres no sólo deben dar a sus hijos plena voz, sino también tomar medidas apropiadas para permitir que sus hijos reciban una mejor educación de sus padres.

Por eso los padres deben tener una actitud correcta y afrontar a sus hijos con una mente tolerante y abierta. No actúes como un padre y dé respuestas "serias" y educación a lo que dicen sus hijos. Conversaciones "pesadas" como ésta reducirán el deseo de los niños de comunicarse con sus padres.

3. Soportar las consecuencias

Si un niño es travieso y desobediente y se niega a cambiar el consejo de sus padres, entonces deje que el niño pruebe las consecuencias de su obstinación de manera apropiada. Los padres pueden dejar que sus hijos "choquen contra la pared" en la vida y experimenten más fracasos, para que sus hijos puedan comprender y aceptar gradualmente las consecuencias de sus acciones, y su capacidad para afrontar los reveses será más fuerte.

4. Dar a los niños la oportunidad de elegir.

Los niños comienzan a tener la necesidad de autodesarrollarse alrededor de los dos años, desarrollan ideologías independientes, intentan comprender el entorno que los rodea, establecen sus propios gustos y disgustos y expresan sus necesidades personales. Además, también le permiten hacer algo por sí mismo para mostrar sus habilidades a los adultos, porque siente que sus habilidades ya son fuertes. Durante este período, si los niños son restringidos e interferidos repetidamente, pueden volverse obedientes y convertirse en nonono. Por otro lado, si los padres saben claramente que lo que sus hijos están haciendo está mal pero se limitan a complacerlos, sin duda esto es mimar a sus hijos.

Los padres deben cuidar mucho el "título" a la hora de disciplinar a sus hijos y tratar de cumplir con sus exigencias razonables, pero esto no significa que todo deba depender de él. Las madres pueden darles a sus hijos entre 2 y 3 opciones y dejarles que intenten tomar sus propias decisiones. Por ejemplo, dejar que el bebé decida si usar ropa blanca o roja hoy no solo le da la sensación de estar a cargo, sino que también evita que tome decisiones arbitrarias.

5. Mantener la coherencia

Mantener la coherencia en la educación significa que los padres deben ser coherentes en principios y actitudes. Por ejemplo, cuando una madre está de buen humor, deja que sus hijos coman dulces antes de las comidas; cuando está de mal humor, no sólo se niega a dejarlos comer, sino que también regaña a sus hijos por este comportamiento. Los métodos educativos de los padres son relativamente informales y es difícil para los niños encontrar principios a seguir. Los padres no deben romper las reglas de vida que establecen para sus hijos. Además, las actitudes incoherentes de los padres no favorecen la formación de un buen comportamiento en los niños.

Por lo tanto, antes de formular principios educativos para sus hijos, los padres deben comunicarse y negociar plenamente y permanecer coherentes en principios y actitudes. De esta forma, el niño no sabrá a quién escuchar y se podrá establecer la autoridad de ambos padres.