¿Para qué sirven los perros ladrones?
El centro de la obra es el conflicto entre el ladrón Said y un grupo de traidores que son denunciados como perros. La trama principal es: Said, un joven pobre, fue protegido por Rauf, un estudiante universitario, cuando aprendió a robar por primera vez, haciéndole creer que robar para enriquecerse es honorable y legal. Pero pronto fue traicionado por un grupo de traidores. El ladrón fue arrestado por la policía y encarcelado. Fue liberado cuatro años después. En ese momento, Raouf se convirtió en un nuevo rico: un noble de la clase alta, Elis, se llevó a la esposa de Said, Rabavia, y tomó la propiedad de Said como propia; La única hija de Said se negó a reconocer a su padre biológico debido a su corta edad. De esta manera, Said se convirtió en un vagabundo. Estaba lleno de dolor e ira y decidido a castigar a estos perros. Sin embargo, intentó vengarse y mató accidentalmente a personas inocentes dos veces. Como resultado, fracasó tras resistirse plenamente a la persecución policial.
La obra muestra la crueldad del mundo a través de la lucha desesperada entre ladrones y perros, simpatiza profundamente con el sufrimiento de la clase baja, azota severamente las almas de los traidores y expresa el descontento de la gente con la sociedad egipcia. Sin embargo, la crítica a la obra sólo se quedó en la categoría moral y no logró tocar fundamentalmente el sistema social capitalista ni proponer formas efectivas de cambiar la realidad social. Por lo tanto, entre la ira feroz y las críticas feroces, hay una tristeza impotente.
La historia del perro ladrón no tiene nada de especial. Sin embargo, en esta sencillez se revelan pensamientos y principios de vida profundos. El autor intenta utilizar esta historia para revelar el cáncer de la sociedad egipcia y expresar su comprensión y pensamiento sobre una serie de cuestiones sociales como la vida, la moral, el derecho, la religión, etc. Su importancia ideológica es de enorme alcance.