Cuáles son las características del arte dramático absurdo en "Esperando a Godot"
Esperando a Godot es una obra "antitradicional" escrita por Beckett y una de las obras fundacionales del drama absurdo. Se trata de una obra de dos actos con cinco personajes: dos viejos vagabundos: Estragón (también conocido como Gogo) y Vladimir (también conocido como Didi), el dueño de esclavos Pozzo con su esclavo "Lucky" (transcrito como Luc), y un pequeño chico que informó la noticia. En el primer acto, dos vagabundos no identificados, Gogo y Didi (Vladimir y Estragon), esperan la llegada de Godot bajo un árbol muerto junto a un camino al anochecer. Para matar el tiempo, hablaban incoherentemente, intentaban contar historias, buscaban temas y realizaban todo tipo de acciones aburridas. Confundieron a los dos amos y sirvientes, Pozzo y Lucky, con Godot. Hasta que oscureció, vino un niño y les dijo que Godot no vendría hoy sino que vendría mañana. Acto 2: Al anochecer del día siguiente, los dos estaban esperando la llegada de Godot al igual que ayer. La diferencia es que al árbol muerto le crecen cuatro o cinco hojas, Pozzo vuelve y se queda ciego, y Lucky se queda mudo. Cuando oscureció, el niño trajo otro mensaje, diciendo que Godot no vendría hoy sino mañana. Los dos estaban desesperados. Querían morir pero no lo lograron. Querían irse pero se quedaron quietos. Desde el contenido de la trama hasta la forma de actuación, la obra encarna el absurdo que es muy diferente del drama tradicional. El segundo acto de Esperando a Godot es una repetición casi exacta del primer acto. Cuando termina la obra, parece que no pasó nada, el final vuelve al principio y el tiempo parece haber dejado de avanzar. Sin embargo, el efecto dramático que se consigue con la repetición de la trama es la extensión infinita del tiempo y la espera interminable, por lo que la comedia se convierte en tragedia.