La colección completa de textos de "Los instrumentos más famosos del mundo"
Vista previa del contenido:
Qingcheng Mingqi
Autor: Trece estrategias
Primera reunión
Hora de actualización 2009-11-17 11:30:04 Número de palabras: 11397.
Introducción a la Confusión de la Noche
El cielo está muy frío y no hay estrellas. La luna deambula en la vasta noche, revelando ocasionalmente un rostro pálido y tenue. Es aún más desolado en la noche oscura.
El viento a principios de primavera en el norte no es tan cortante como en invierno y fluye libremente en el aire con un toque de frescor. Brotes verdes brotaron de las ramas de jazmín del jardín. Las ventanas estaban llenas de figuras intensamente entrelazadas, que emitían una atmósfera carmesí.
"No me has visto en tanto tiempo, ¿no me extrañas?" La mujer de rojo yacía encima del hombre, sus labios rojos llenos de tentación contra sus labios apretados.
"¿A qué juego estás jugando?" La voz del hombre estaba condensada y no había rastro de lujuria. Las cejas fruncidas son una mirada crítica.
"¡Te gusto!" El beso de la mujer de rojo se ha movido hacia la oreja del hombre, su tierna lengua lamiendo suavemente la aurícula.
La expresión del rostro del hombre se volvió más solemne, como si un camaleón se hubiera quitado el último color protector. Las palmas oscuras sobre la cama estaban apretadas con fuerza, tratando de controlar las emociones que estaban a punto de explotar. Conocía demasiado bien a esa mujer, no había nada inocente ni romántico en ella. Debe estar pensando en algo cuando está tan activa. Pero el cuerpo gradualmente perdió la cabeza bajo sus burlas. La palma oscura se metió en el dobladillo del abrigo rojo y tocó suavemente su cálido corazón con confusión. Lo que quiere es el corazón de una mujer. Los violentos latidos del corazón bajo la palma eran muy claros, pero todavía había una distancia de ella que no podía ser ignorada. El cuerpo de la mujer visiblemente comenzó a temblar bajo la caricia. No importa qué tipo de enseñanzas, no importa qué tipo de tentaciones estuviera planeando en su corazón, todavía no podía negar el hecho de que era virgen.
No sé si fue la tentación de la lujuria, o si fue la palma ardiente en mi corazón lo que me presionó. Los labios de la mujer de rojo...