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Capítulo 1
El tiempo está nublado.
En las afueras de Pekín, los juncos amarillos temblaban con el viento frío. Era pleno invierno y la densa lluvia era arrastrada oblicuamente por el viento del norte, apuñalando a la gente como formaciones de hielo. El patio interior de la prisión, en lo más profundo del palacio, era tan frío como los suburbios.
Este es realmente el lugar más frío y aterrador del palacio.
El palacio frío según el folklore es sólo una concubina abandonada, más o menos un palacio. Come lo que necesites comer, usa lo que necesites y te será proporcionado.
El Centro Correccional de Nei es un lugar dedicado a encarcelar a quienes han cometido crímenes atroces entre la familia real. Era simplemente una celda, y era una celda llena de varios instrumentos de tortura.
Hablemos de ello dentro y fuera de la familia real.
Ese día, cuando el viento del norte aullaba, un carruaje de cuatro ruedas bloqueado por una cortina trasera, escoltado por un grupo de soldados de élite, entró silenciosamente por la pequeña puerta oeste del palacio y aparcó en el interior. La puerta del lugar.
En el destino, el capitán que se encargaba de vigilar todo el viaje desmontó y caminó hacia la parte delantera del carruaje para detenerse.
Quizás por la identidad de la persona sentada dentro, este sencillo carruaje con cortinas gruesas y nada visible está dando a la gente una gran sensación de opresión en estos momentos.
Una pesada tristeza impregnó los alrededores como el aire, dejando al capitán casi sin palabras.
Después de un rato, dijo en voz baja y pesada: "Su Alteza, este es el lugar".
Se abrió el telón.
Una figura alta y delgada se asomó fuera del auto inclinada. Parecía que había estado en la oscuridad durante demasiado tiempo y ni siquiera podía soportar la tenue luz del sol en ese momento. Entrecerró los ojos y lentamente se enderezó.
"¿Aquí?", Murmuró para sí mismo, mirando el cartel de "Institución de Castigo Interno" que colgaba frente a él. La profunda oscuridad invisible dentro de la puerta lo confundió un poco. Un rastro de miedo cruzó por el rostro joven y hermoso, pero pronto, se alejó tranquilamente con su dignidad y reserva innatas...