La última colección de textos de "Armas de la Tierra"
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La Primera Suite renace, el primer movimiento
El refrigerante frío y resbaladizo fluye lentamente desde el tanque de almacenamiento salida. Cuando mi nariz y mi boca quedaron expuestas, una oleada de electricidad divina surgió de los cables que conectaban mi columna vertebral, despertándome de mi sueño. "XIII está lleno de energía y el resultado de la primera inspección nacional es que todo es normal". El familiar sonido electrónico sintetizado resonó en la cabina y puedo recitar el mismo tono casi cada vez que me despierto. Una pequeña mujer de cabello negro con uniforme militar se acercó a mí y silenciosamente cambió mi cuerpo desnudo por un conjunto de ropa amarilla que la gente en el desierto suele usar. ¿Su nombre es Doris? Dale era el único militar al que tenía acceso además de mi equipo de mantenimiento. Esto puede deberse a que después de completar cada misión, la intención asesina que hierve en mi sangre siempre es incontrolable. Sólo se puede calmar realizando lo que los humanos llaman "sexualidad" en su cuerpo desnudo. Naturalmente, los militares quieren que su arma secreta permanezca estable, por lo que mi relación con ella se ha mantenido hasta ahora con la aprobación tácita de los militares. "Llegaremos a nuestro destino en cinco minutos". Dale bajó la cabeza, me ayudó a ponerme las botas y las ató con correas de tela blanca para evitar que entrara arena. Su actitud siempre ha sido así...
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