¿Cómo se describe el parto materno en la literatura occidental?
La superstición todavía prevalecía en la Europa medieval y se utilizaban innumerables métodos para facilitar que las mujeres tuvieran hijos. Uno de los métodos maravillosos era azotar a la madre o dejar que la madre observara cómo azotaban a otra persona para dar a luz a un niño. Se dice que en Alemania, una reina que tenía dificultades para dar a luz fue llevada a una habitación para ver cómo azotaban a 20 personas, dos de las cuales fueron asesinadas a golpes. Durante este sangriento proceso, la Reina quedó casi muerta de miedo por la escena que tenía ante ella, y la producción transcurrió sin problemas.
Encendiendo un fuego
Al parecer, en la Edad Media no había maternidades y los partos solían tener lugar en casa. Generalmente, los familiares aislarán una pequeña habitación de la casa sin ventilación. Las mujeres rurales no tenían derecho a poseer una habitación, por lo que tenían que dar a luz en el suelo o en un pajar de su casa. Durante el proceso de parto, a menudo se producen incendios y, como hay muchas personas en la sala (a veces hasta veinte o treinta personas), la temperatura en la sala de partos aumentará. Se dice que las altas temperaturas son buenas tanto para las madres como para los recién nacidos. Además, el fuego también es conveniente para hervir agua caliente para limpiar.
3. Dar a luz sentada o en cuclillas, a veces sentada en el regazo de otra persona.
Las mujeres europeas medievales siempre daban a luz sentadas o en cuclillas. Si fueran físicamente capaces, las mujeres embarazadas mantendrían la postura sujetando cuerdas o sábanas que colgaban de las vigas. A veces se coloca a una mujer en dos sillas una al lado de la otra, con el cuerpo en equilibrio en el medio. Por supuesto, este método solo es adecuado para mujeres con músculos fuertes en los muslos. Las mujeres con condiciones físicas más débiles se sentarán en el regazo de otra mujer fuerte y luego dependerán de la cooperación para dar a luz.
4. No se utilizarán métodos para aliviar el dolor.
Para las mujeres que experimentan fuertes dolores de parto, se puede colocar un paño tibio en el abdomen. Básicamente, no se utilizan otros métodos eficaces. Aunque el alcohol, el opio y el hachís se utilizaban en medicina en aquella época, rara vez se utilizaban en mujeres en trabajo de parto. Los dolores de parto se consideraban inevitables en el parto, un castigo de Dios sobre todas las mujeres desde los tiempos de Eva. En aquella época, cualquier acto de aliviar los dolores del parto se consideraba una ofensa a Dios, que quería escuchar los gritos de arrepentimiento de una mujer para satisfacer el castigo.