Cuente una historia de mitos y leyendas y compare quién puede contarla de manera vívida y maravillosa. Por favor, dígame a qué cuestiones se debe prestar atención al contar la historia.
Se dice que los nómadas del valle de Yalong descubrieron un día a un apuesto joven en Zantangkosi. El habla y el comportamiento de este joven son diferentes a los de los nativos locales. Los pastores no sabían qué estaba pasando ni qué hacer con el joven, por lo que enviaron a alguien de regreso al asentamiento para informar. El anciano envió a doce magos y creyentes muy inteligentes a la montaña para preguntarle al joven de dónde venía. El joven señaló al cielo con el dedo. Este grupo de personas pensó que el joven venía del cielo y era el “hijo de Dios”, y se pusieron muy felices. El líder de los doce hombres tenía un cuello largo y servía de silla de manos para el "Hijo de Dios". Fue bajado de la montaña mientras la gente lo vitoreaba desde atrás. Las personas que vivían aquí vinieron una tras otra. Al ver que este joven del cielo era inteligente y guapo, lo eligieron como líder de la tribu. Esto luego se llamó "Tubo". Desde que había un rey, la gente comenzó a construir palacios, que eran solo casas. Ahora a más de 20 millas de Zedang, hay una casa llamada Yumbulagang. Este es el primer palacio legendario en el Tíbet y fue construido para Nie Tritsenpu, el "hijo del dios". Las ruinas de este Yumbulagang todavía son claramente visibles hoy.
Nota: Hacia finales del siglo XX, llegó la noticia de que Nie Tri Zampu había llegado al mundo. La historia tuvo lugar lejos de la meseta Qinghai-Tíbet. En Letonia, en la costa báltica, hay un pueblo de montaña donde todo el mundo cree en el catolicismo. Cada sábado, hombres, mujeres y niños del pueblo se reúnen en un denso bosque y desfilan desnudos alrededor de los árboles, sin pantalones cortos ni sujetadores, completamente desnudos. Usan esto para orar a Dios, revelarle sus intenciones y expresar su infinita lealtad y amor por Dios. Los aldeanos han transmitido una historia de generación en generación, diciendo que uno de sus reyes en el cielo visitó una vez el Tíbet y se convirtió en el primer rey tibetano. La imagen que describieron del rey era: piel verde, ojos verdes, párpados caídos que cubrían el puente de la nariz y dedos palmeados. Esta es la misma imagen de la primera generación de reyes tibetanos en los murales tibetanos.