Las celebridades de Internet mintieron sobre sus orígenes y estafaron dinero transmitiendo en vivo sus desgracias. ¿Por qué no arrestarlos por fraude?
A juzgar por el estado actual de la industria, vender recompensas de transmisión en vivo no se considera una forma de fraude. Una forma más común de fraude es que los presentadores contacten a los fanáticos para defraudarlos con su dinero. Este acto de establecer un contrato o algún otro tipo de conexión es un tipo de fraude.
Razón 1: Este comportamiento no es fraude, sino que se parece más a las antiguas actuaciones callejeras.
Este comportamiento definitivamente no es un fraude. El presentador transmite en vivo en su propia sala de transmisión en vivo e inventa historias que suenan divertidas y falsas. La lógica de estas historias no es tan perfecta y no muchos espectadores sienten que estas historias sean ciertas. La audiencia utiliza la plataforma de transmisión en vivo para entretenerse. Basándonos en esta idea, podemos pensar en ello como un antiguo comportamiento callejero que permitía al presentador inventar una historia trágica. Aunque todos sabemos que este tipo de espectáculo es falso, aun así lo recompensaremos porque se desempeña bien y al mismo tiempo hace feliz al público. La recompensa de la audiencia se basa en esta mentalidad, por lo que no puede ser una estafa basada en esta mentalidad. Además, la audiencia son todos adultos y deben tener una comprensión clara de su propio comportamiento de recompensa. Además, las recompensas de menores no son necesariamente legales, pero las recompensas de menores son ilegales y fraudulentas debido a su capacidad cognitiva no es tan alta; .
Razón 2: El acto no concluyó un contrato y es difícil identificar el fraude.
De hecho, lo más difícil de este comportamiento es que no existe una relación contractual entre las recompensas de la audiencia y las malas ventas del presentador. La propina de la audiencia es cuando la audiencia paga algo similar a un regalo a la plataforma y la plataforma liquida el pago al presentador de alguna manera. En otras palabras, es un contrato entre la audiencia y la plataforma. la plataforma es un contrato de uso, más que recompensas o algún tipo de contrato de cooperación. Por lo tanto, bajo la premisa de que no existe una relación contractual entre el presentador y la audiencia, las ventas reales del presentador son muy bajas y es difícil determinar que el comportamiento de recompensa de la audiencia es un fraude. Al fin y al cabo no hay fraude contractual, eso es lo que se quiere, y sucede en una historia que no suena muy lógica. El público debe emitir sus propios juicios.